miércoles, 29 de febrero de 2012

Los años bisiestos en Muy Interesante

calendario_2012
El año bisiesto se introdujo para sincronizar nuestro calendario y el movimiento orbital en Roma, bajo el mando de Julio César, asesorado por el matemático y astrónomo Sosígenes de Alejandría. César decidió que, en el calendario juliano (llamado así en su honor), uno de cada cuatro años tendría 366 días, uno más que los años comunes. De esta manera se aseguraba de que los meses del año seguían el ritmo de las estaciones. En principio, el día "extra" del año bisiesto se intercaló entre los días que hoy corresponden al 23 y el 24 de febrero. 

La desincronización se resolvió solo aproximadamente:, ya que la Tierra no llega al mismo punto de su órbita en exactamente un número entero de días (365) más un cuarto de día. Concretamente, se añaden 44 minutos y 56 segundos de más cada cuatro años, es decir, casi ocho días por milenio. La diferencia se acumula en cada revolución de la Tierra alrededor del Sol, y llegó a ser importante varios siglos después de que Julio César ideara su calendario. De ahí que en el año 1582 d.C., el Papa Gregorio XIII, aconsejado por los astrónomos Christopher Clavius y Luigi Lilio, optara por introducir una reforma que consistía en ajustar los años bisiestos de manera que los años divisibles por cien pero no por cuatrocientos dejasen de tener 366 días. De esta manera se evitaba el desfase que se estaba produciendo al intercalar excesivos años bisiestos, ya que se suprimían tres días cada cuatro siglos. 

Así, el año 1600 fue bisiesto y lo fue también el 2000 (todos dos son divisibles por cuatrocientos), pero fueron años naturales 1700, 1800 y 1900, y lo será el 2100.

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"Año bisiesto, año siniestro", dice el refranero, que tiene varios dichos dedicados a los años con 366 días en el calendario, la mayoría de los cuales refleja la tendencia popular, arraigada desde tiempos romanos, a considerar estos años como nefastos. Recopilamos algunos de los más conocidos:

"Año bisiesto, ni aquello ni esto."

"Año bisiesto, pocos huevos en el cesto."

"Año bisiesto, ni viña ni huerto."

"Año bisiesto, vende la hoja y quema el cesto."

"Febrerillo el loco, tiene días veintiocho; pero si bisiesto fuere, cuéntale veintinueve."

"Año bisiesto, año siniestro."

"Cuando bisiesto el año es, las hojas del olivo se vuelven del revés."
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Me ha parecido interesante, muy interesante ya que viene en la revista del mismo nombre, lo de que antiguamente se intercalaba el día añadido entre el 23 y 24 de febrero, lo demás más o menos lo conocía.
Lo de los refranes no es verdad. 2012 es bisiesto y nadie puede pensar que esté siendo, o vaya a ser nefasto ¿no?
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Y por último  una anotación de twitter sobre cómo escriben os adolescentes:

Raquel Sastre.Cómica (@raquelsastrecom)
29/02/12 09:16
Hoy tocan chistes con lo del año bisiesto. Al menos descubriremos quien viene de tuenti cuando lo escriban con "v"
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Porque no todos son perrofalutas


Pecas Aguirre (@SoyPecas)
29/02/12 19:25
'La educación no es como bajar la basura o cortar en césped de un parque público'. Tomás Gómez. Socorrista.
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Llega, directamente de twitter, Pecas Aguirre, el perro de Esperanza Aguirre, de quien ya me hice eco en su momento, primer perro con apellido que conozco.
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Los del PSOE Enfurecido se lo toman con humor


PSOE ENFURECIDO (@PSOE_ENFURECIDO)
29/02/12 18:16
APOYAMOS COMPLETAMENTE LAS MANIFESTACIONES DE HOY. PERROFLAUTAS: ¿VEIS CÓMO NO ERA TAN DIFÍCIL ESPERARSE UNOS MESES Y QUEJARSE CONTRA EL PP?
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PSOE ENFURECIDO (@PSOE_ENFURECIDO)
29/02/12 18:26
TOMÁS GÓMEZ HA CRECIDO MUCHO EN CONOCIMIENTO CIUDADANO. DOS DE CADA TRES YA LE DISTINGUEN DE UN PERCHERO.
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¿Por qué las escuelas asiáticas son mejores?

Las razones detrás del éxito de los estudiantes de China, Corea y Singapur.

Noticia leída en Expansión
27.02.2012PEKÍN
Diego Torres. Siga al autor en
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A los 15 años, un estudiante de Shanghai está de media casi tres años por delante de un alumno de la Unión Europea en matemáticas. Y un niño coreano suele estar un año más avanzado que un europeo en comprensión de lectura. Estos son los datos de un informe del centro de estudios Grattam Institute (organización financiada por el Gobierno australiano), que explora las razones del éxito de los sistemas de enseñanza asiáticos.
Estudiantes de 11 años comparten un libro en un aula durante el primer día del año escolar en la Escuela Haidian Xingzhi de Pekín.
Estudiantes de 11 años comparten un libro en un aula durante el primer día del año escolar en la Escuela Haidian Xingzhi de Pekín.
Grattan Institute parte de los excelentes resultados de Shanghai, Corea, Hong Kong y Singapur en el ránking PISA elaborado por la OCDE, que evalúa el rendimiento de estudiantes de 15 años de gran parte del mundo. Dichos sistemas educativos asiáticos ocupan cuatro de los primeros cinco puestos de la clasificación de 2009 (la última disponible); en Europa, solo Finlandia mantiene el paso con Oriente, con un meritorio tercer puesto.
Pues bien, ¿cuál es el secreto? El informe identifica ciertos factores comunes que están impulsando los excelentes resultados de los asiáticos.
El primero es el acento en la formación de los profesores y los incentivos para contratar a los mejores. Esto es así hasta el punto de que en Singapur los docentes son considerados funcionarios desde el primer año de formación y cobran en consonancia con dicha responsabilidad.
El segundo es la supervisión. En Shanghai, por ejemplo, cada nuevo profesor cuenta con dos tutores, docentes también, que presencian y evalúan regularmente sus clases, y le indican cómo tratar de mejorar.
El tercero son los incentivos a la investigación de los docentes acerca de nuevas y más efectivas técnicas pedagógicas.
El que los profesores encuentren tiempo para mejorar y evaluarse depende, por supuesto, del número de horas lectivas. A ojos de los autores del informe, los sistemas asiáticos han comprendido la necesidad de encontrar un compromiso y han optado por clases mucho más grandes, pero menos horas lectivas.
Así, un profesor de Shanghai enseña en aulas de 40 alumnos, aunque sólo 12 horas a la semana. En cambio, los cursos de un profesor estadounidense tienen unos 23 niños, pero debe dar 30 horas de clase a la semana.
El éxito de estos cuatro sistemas educativos asiáticos se ha conseguido, además, combinando este rendimiento espectacular con unos niveles de equidad muy superiores a los de la mayoría de los países occidentales. �En comparación con la mayoría de países de la OCDE, un niño pobre tiene menos posibilidades de quedarse atrás o abandonar la escuela en estos sistemas�, se lee en el informe.
Por otro lado, la diferencia entre los mejores y los peores estudiantes son más pequeñas que en Europa o Estados Unidos.
El informe destruye también algunos de los mitos con los que habitualmente se trata de explicar el alto rendimiento de los alumnos asiáticos. El primero, es la influencia cultural, el legado del confucianismo en los países de la órbita cultural china. Estas naciones tenían el mismo sustrato cultural hace diez años, cuando sus resultados eran mucho más pobres. Lo que ha cambiado son las políticas.
El segundo es el dinero, la asunción de que más financiación implica necesariamente una mejora del nivel educativo. Corea, por ejemplo, gasta menos que la media de la OCDE en sus alumnos y, sin embargo, sus resultados son excelentes.
A raíz del informe de Grattan, el Wall Street Journal se preguntaba si no merecía la pena empezar a pensar en mandar a los niños a Asia para ir a la escuela.
Lo curioso es que en China existe un importante debate acerca de cómo mejorar la educación del país, tomando como ejemplo algunos rasgos de Occidente. Para mucha gente, el sistema educativo local desincentiva por completo la creatividad y la capacidad de innovación de los jóvenes, facetas imprescindibles para desarrollar una economía basada en el conocimiento.
Hace unos días, Zhong Daoran, autor del libro No perdono, en el que critica el sistema educativo local, decía en una entrevista que la educación china "destruye la creatividad y hace que la gente no tenga opiniones propias y no pueda seguir su propio camino".

Próximas presentaciones librescas

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Esta vez no serán en El Corte Inglés, la primera será, hoy mismo, en el Aula de Las Provincias, y las dos siguientes en Bibliocafé.
Todo ello antes de San José y con la mascletaes entre medias.
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Intentaré ir, a ver si aprendo algo.
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¿Y de la tele qué? Listo, que eres un listo, Miguelín


Alianza Editorial (@alianza_ed)
“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho” Miguel de Cervantes Saavedra
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Leído en twitter.
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¡Que susto!

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Cuando he visto lo de Museo Mariano he pensado que el culto al líder era un poco exagerado. De ahí a tener que llamar a Mariano Rajoy "Nuestro Querido Líder" hay un paso muy corto, pero al leer la letra pequeña del cartel he visto que no, que los chicos de la calle Quart se han cortado un poquito y el museo está dedicado a la Virgen de los Desamparados.
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¡Uf!
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martes, 28 de febrero de 2012

Ya puedo ir a la manifestación

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Ya tengo un libro. Ya puedo ir a la manifestación de mañana, jornada de lucha, huelga, como se llame.
Me ha llegado hoy en el sobre verde y, al verlo, por lo verde, he pensado que era un regalo de Gaspar Llamazares por mis menciones los últimos días.

Pero no, es un regalo del superfragilisticoespialidoso Club de Lectura Finis Terrae.
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Muchas, muchas gracias.
Después de ésta ya nadie me salva de aprender a leer.
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Y... mmmm.... no sé cómo decirlo... que yo tengo tres carnets, lo digo por si...
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Hermanamiento de clubes, y no va de fútbol

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La foto es penosa, pero lo que se intuye en primer plano es mi carnet, uno de ellos, del Club de Lectura de Finis Terrae, que esta tarde ha compartido espacio con Luis Herrero en el Club de Lectura de Ámbito Cultural de El Corte Inglés.
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De la sesión del club, ya hablaré otro día, o no, que diría Mariano.
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Los sindicalistas de Salvador Sostres

SALVADOR SOSTRES

Los espejos del mal



Hace días que no puedo dormir, desde que sé que Comisiones Obreras está preparando un ERE. ¿Cuándo lo preparan? ¿Cuando vuelven de las manifestaciones contra los ERE? ¿Afectará a piqueteros, huelguistas o liberados sindicales? A aquellos a los que los empresarios no pueden echar, ¿los podrá echar su propio sindicato? La esquizofrenia en Comisiones tiene que ser total: necesitarán un psiquiatra. ¿Cómo van a organizar la huelga general con la que no dejan de amenazarnos si dejan en el paro a los agitadores profesionales? Sabemos lo que cobran los banqueros y les crucificamos por su sueldo, como si su remuneración fuera la causa de la crisis.

Sabemos lo que cobran los políticos y a pesar de ello les acusamos de falta de transparencia y de ser unos privilegiados. ¿Cuánto cobra Fernández Toxo? ¿Cuánto cobra Cándido Méndez? ¿Es razonable que cobren estando los sindicatos subvencionados con dinero público? ¿Es ético, social y compañero que vivan tan acomodadamente gracias a lo que les recaudan a sus pobres afiliados? 

 Por lo que refiere a cuestiones más técnicas, ¿cómo van a resolver su propia conflictividad laboral? Los jueces sindicalistas que siempre juzgan improcedente cualquier despido, ¿qué van a hacer esta vez? ¿Qué va a pesar más en ellos, su sindicalismo populista o su sindicalismo orgánico? ¿El paria particular o el apparatchik ancestral?

 Si en las negociaciones con los sindicatos siempre hay un momento en que tu abogado te acaba pidiendo una suma de dinero en efectivo porque el presidente del comité de empresa le ha dicho que será el modo más rápido de zanjar el asunto, ¿cómo va a funcionar el intercambio en este caso, quién estará en cada parte? En los mismísimos baños del juzgado -y si lo digo así es porque sé de lo que hablo- ¿quién acudirá con un sobre con 10.000 o 20.000 euros en billetes de 500? ¿Y quién vendrá a buscarlo? ¿Quién hará de pobre empleado? ¿Quién de hijoputa empresario? ¿Qué tajada se llevará el sindicato? 

 Lo que les exigen a los empresarios, ¿se lo exigirán también a ellos mismos, los líderes sindicales? ¿Serán tan generosos con su dinero y con su patrimonio como pretenden que lo seamos los demás? ¿En qué grado y en qué medida van a repartir su riqueza personal, tal como el sindicalismo propaga? Si uno de sus afectados se queda sin poder pagar la hipoteca, ¿le invitarán a vivir en su casa?, ¿le pagarán el alquiler de una casa nueva? Después de tantos discursos, y de tantas pancartas, y de tantos puños en alto, ¿cuál va ser su comportamiento? ¿Aprovecharán esta magnífica ocasión para demostrar con sus vidas y sus actos cómo se es una mejor persona, más justa y más solidaria? 

 Estoy ansioso. Apenas duermo. Todo el día conectado a internet a la espera de su ejemplo. ¿Organizarán los sindicalistas despedidos una manifestación contra su propio sindicato? ¿Les harán caso sus líderes o llamarán a la Policía para dispersarles? ¿Habrá agresiones, habrá contenedores quemados, habrá calles cortadas? Pero lo que más me interesa es lo personal: lo más «humano», como dicen siempre los sindicatos. ¿Cuánto cobran los privilegiados líderes sindicales? ¿Han renunciado a su cuantioso sueldo antes de echar a sus compañeros más humildes a la calle? ¿Qué parte de su considerable riqueza acumulada viviendo del sindicalismo van a donar a tanto liberado sindical que va a quedar absolutamente liberado? Y sólo por curiosidad: ¿Cómo se debe sentir uno que nunca ha trabajado cuando de repente le dicen que se queda sin trabajo?
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Salvador Sostres haciendo amigos, nuevamente, en su columna de hoy en EL MUNDO.
Las negritas de la última frase son mías.
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Recomendado por Gaspar Llamazares


Gaspar Llamazares (@GLlamazares)
27/02/12 13:02
RT @Jordivll @GLlamazares Interesantisimo articulo de Josep Fontana.
blogs.publico.es/dominiopublico…. Sobre el golpe de mercado.

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Demasiados retrocesos


Josep Fontana
Historiador
Ilustración de Iker Ayestaran
En una ocasión un periodista preguntó a don Ramón Carande, maestro de historiadores: “Don Ramón, resúmame usted la Historia de España en dos palabras”. La respuesta de Carande no se hizo esperar: “Demasiados retrocesos”.
Es verdad que la historia contemporánea de España parece caracterizarse por el hecho de que cada paso por el camino de la libertad viene seguido por un duro y generalmente prolongado retroceso. A la promulgación de la Constitución en 1812 –cuyo bicentenario va a celebrarse en tiempos nada favorables a la libertad– le siguieron desde 1814 seis años de feroz represión; al trienio de 1820 a 1823, en que el texto constitucional volvió a estar vigente, le correspondió una “década ominosa”, y así hasta los ocho años de progreso de la Segunda República, que nos valieron cerca de 40 de barbarie franquista. Ahora, según parece, vamos a tener que pagar las magras concesiones de la Transición con un “cuatrienio ominoso” en manos del PP.
Está claro que nos encontramos de nuevo en pleno retroceso, en especial por lo que se refiere a las libertades y derechos de los ciudadanos: la reforma laboral, la pretensión de limitar el derecho de huelga, los ataques a los sindicatos, los recortes en los servicios públicos de sanidad y educación, la voluntad de interferir en los contenidos de la enseñanza… Las consecuencias están comenzando a sufrirse: el recorte de 5.000 millones en el gasto de sanidad conduce ya al colapso de los hospitales y a la falta de atención a los pacientes. Las consecuencias en el terreno de la educación, por las que se están movilizando los estudiantes, tardarán tal vez más en dejarse sentir; pero sus efectos sobre la formación de las nuevas generaciones van a ser de larga duración y difícilmente recuperables.
Y eso es tan sólo el comienzo. Cuatro años de poder indiscutido, apenas iniciados, dan juego para un retroceso que nos va a dejar en muchos aspectos como en los tiempos de ese franquismo que la derecha española parece añorar.
Mientras los medios de comunicación que responden a los intereses de la derecha (no hay más que averiguar quiénes son sus propietarios para entender lo que defienden) jalean los productos más deleznables de un revisionismo histórico escasamente documentado que ha vuelto a descubrir el “terror rojo”, y silencian la mucha y buena investigación que se ha realizado en estos años acerca de la represión franquista, se ha podido llegar a la aberración de condenar a un juez por atreverse a llevar a cabo unas investigaciones que los gobiernos del PSOE, que debieron haberlas patrocinado, se limitaron a tolerar de mala gana. En Estados Unidos se ha publicado una estampa en que se ve el fantasma de Franco bailando sobre la condena de Garzón, con un texto que dice: “España demuestra la falsedad de la versión whig de la historia”, esto es, de la versión establecida en que, según la definición de la Wikipedia, “se representa el pasado como una progresión inevitable hacia cada vez más libertad y más ilustración”. En Catalunya, el actual Gobierno de derechas ha cerrado el local que el Memorial Democràtic tenía en el centro de la ciudad y lo ha trasladado a lo alto de la montaña de Montjuïc, a la vez que ha anunciado su intención de que la institución se encargue también de conmemorar a los “caídos por Dios y por España”, como si estos no hubiesen sido ya suficientemente conmemorados durante cerca de 40 años.
Ante el asalto sistemático a nuestros derechos y nuestras libertades hay que proclamar, en primer lugar, que no es verdad que el conjunto de estas medidas restrictivas conduzcan a mejorar la situación económica y a favorecer un aumento de la ocupación. Lejos de ello, se trata de un mecanismo por el que cada restricción crea más paro, disminuye la producción y el consumo, reduce con ello los ingresos por los impuestos con los que los gobiernos aspiran a pagar deudas y les fuerza a nuevos recortes, paro y déficit de ingresos, en un círculo mortal que conduce al suicidio colectivo. La experiencia de Grecia puede mostrarlo: la cuarta parte de las empresas ha cesado en su actividad desde 2009, la mitad de los pequeños negocios no puede pagar los sueldos, la tasa de suicidios ha aumentado en un 40% y cerca de la mitad de la población por debajo de los 25 años está en el paro.
Pero es que además, como dice Michael Hudson, profesor de Economía de la Universidad de Missouri, en un artículo titulado “La transición de Europa de la socialdemocracia a la oligarquía”, lo que está en juego en estos momentos va más allá de los resultados económicos inmediatos; se trata de “un golpe de Estado oligárquico por el que los impuestos y la planificación de la economía y el control de los presupuestos están pasando a manos de unos ejecutivos nombrados por el cártel internacional de los banqueros”.
En los tiempos más duros del franquismo, Jaime Gil de Biedma publicó en un folleto clandestino unos versos memorables: “De todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España, / porque termina mal”. Pero incluso entonces expresaba su esperanza de que pudieran un día cambiar las cosas para hacer del hombre “el dueño de su historia”. Sólo luchando contra los retrocesos y defendiendo unos derechos que se ganaron con dos siglos de luchas sociales podremos enderezar el rumbo y recobrar el control de nuestra historia.
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Leído en Público
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Es interesante, tiene razón Gaspar Llamazares, porque así podemos comprobar qué leen las gentes de izquierdas.
Ayer cogí un libro de este historiador y leí que publicó un libro de referencia, eso ponía en la solapa del libro, en la editorial Ariel en... 1971.
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Sin comentarios
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lunes, 27 de febrero de 2012

Uy, uy, uy

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A ver si van a tener razón los perroflautas.
Libertad ¿vigilada?
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Unos gorros muy divertidos

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“Crazy Caps” invented by Long Island housewife Betty Geibs
 Fotografía de Ralph Crane, 1959
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Raro, raro

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Utilizaba Papuchi (el padre de Julio Iglesias) esa expresión, no recuerdo para qué, pero viene que ni pintado para definir el escote de la espalda des este vestido de Balmain que lució la actriz Zoe Saldana en la fiesta de 2012 Independent Spirit Awards.
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Por cierto, si alguien se lo pregunta al ver el nombre de la gala, no, no premiaron al famoso delincuente Baltasar Garzón.
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domingo, 26 de febrero de 2012

David Gistau en EL MUNDO


No era esto

[foto de la noticia]
DAVID GISTAU
La penitencia de Urdangarin a la puerta de los juzgados coincide con un momento de gran resentimiento social con coartada ideológica. De ahí la catarsis de la venganza, de la humillación consentida, paralela a la de la Justicia y harto más primaria que ésta. Como a la gente le ha sido concedida una bula general para el cabreo y su evacuación, como un megáfono es ya más representativo que una cámara parlamentaria, y una consigna que encaje en un tuit más eficaz que una reflexión, cualquier bandarra que se aposta en una esquina buscando ángulo para tirar huevos recibe trato de ejemplo moral y abre los informativos. La tragedia que en Palma se ha repetido como farsa es el tomatazo a la carreta hacia la guillotina del Borbón, o de su yerno, ya cazado, o de su hija, casi acorralada, entremeses con los que abrir boca en lo que tarde en ser cobrada la gran pieza.
Porque el griterío de ayer nada tiene que ver con la rendición de cuentas de un hombre por sus presuntos delitos. Antes identifica el oportunismo del odio que encuentra rendijas por las cuales corroer. Es un sans-culotismo soez al que también se han entregado personas de mente más sofisticada, directores de periódico que querían a Urdangarin pisando la puta calle para incrementar su exposición -y su escarnio alegal- y que ya le han motejado de estafador sin esperar sentencia. El único desquite de Urdangarin, con el que además reparó la ridícula carrera de fugitivo ante las cámaras, consistió en bajar del coche voluntariamente y en caminar con una tiesura demacrada que, por un instante, le hizo más digno que su piquete de gritadores. Y esto que digo no contradice el deseo de que pene por sus presuntos delitos, si los cometió, y de que se aclaren los privilegios subterráneos de la Corona, si procede: hablo de lo que sucede fuera del juzgado, de la bilis, de las motivaciones políticas, hasta de la rapiña de los programas del corazón. De la chusma que somos.
Este servidor de ustedes fue educado en una tradición republicana. Aunque al decirlo siempre tenga que agregar, a modo de asterisco a pie de página, la explicación de que no me refiero a una república sectaria y secuestrada por la extrema izquierda, que es como se la entiende aquí: una ideología antes que un régimen vinculado con la democracia liberal. Querría por tanto que en mi primer país rigiera una república presidencialista comparable a la de mi segundo país, Francia. Pero fue ver a quienes la pidieron a las puertas del juzgado de Palma, fue escuchar a esos odiadores con pañuelos palestinos e incapaces de elaborar una frase compleja, y anticipé ya, mientras se tambalea la Corona, lo que dijo Ortega del frentepopulismo: "No era esto, no era esto".
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