Antonio de Felipe

Luis María Anson escribía así sobre Antonio de Felipe hace unos días en EL CULTURAL:

El pop-art está viejo pero no ha muerto. Warhol se carcajea todavía de tanto pardillo “que entiende de arte”. Así es que recorrí la Casa de Vacas como tributo a la imaginación desbordada de Antonio de Felipe. También a su calidad pictórica.

Durante cuatro años el artista ha pintado un popsport para apoyar la candidatura olímpica de Madrid. Ha acertado. En la exposición hay media docena de cuadros sobresalientes. Y ninguno resulta vulgar. El derroche de imaginación se envuelve en la apoteosis del color.

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Antonio de Felipe hace lo que sabe pero sabe muy bien lo que hace. Me gustó su exposición Había por cierto un gentío que no es lo frecuente en las exposiciones. Me gustó sumarme al éxito de este artista singular que es la vehemencia en la pintura y la fantasía realista en la composición, con trallazos de caricatura y rumorología de cachondeo en el fondo de cada obra.
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En el año 2004 se realizó en las Reales Atarazanas de Valencia una exposición que, a través de la mirada de varios artistas y fotógrafos, rastreaba en clave 'pop y kitsch' el mundo íntimo y cotidiano de la actriz Marilyn Monroe, un icono de la cultura moderna del siglo XX.
La exposición 'Marilyn. Una vida de leyenda' recogía más de 250 pinturas, fotografías y objetos representativos de la artista a través de la mirada de diferentes pintores y fotógrafos, entre los que destacaban Marc Lüders, Volker Hildebrant, José de Guimaraes, Werner Berges y el valenciano Antonio de Felipe.

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Aquí a la izquierda tenemos dos obras sobre la mítica actriz, la primera en versión Lichtenstein y la segunda más pop art "tradicional".

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En una entrevista en EL MAGAZINE de mayo pasado le hacían la siguiente pregunta:

–¿El pop art es un género superficial?
–No. La rubias pueden ser guapas y listas del mismo modo que una obra lúdica, divertida y decorativa (en el mejor sentido de la palabra) puede ser interesante. Mi trabajo puede ser corrosivo o amable, pero es no es nada frívolo, a pesar de la base pop. Creo que ese poso cultural me diferencia de los americanos.

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La exposición Vacas (1996) marcó un hito en su carrera. “Tras la exposición, mi galerista vendió las piezas a unos fabricantes de plásticos suizos que crearon el negocio de las cow parades. Hoy, ves vacas intervenidas por artistas en cualquier rincón del mundo. Por un lado, te satisface crear tendencia; por otro, sientes que maltratan tu idea por sobreexposición”

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Otras obras suyas son, la serie de retratos de Audrey Hepburn, dentro de la colección Cinemaspop de 2001, y "Las dibus de Avignon" claro homenaje a Picasso, una de sus influencias reconocidas por el artista.

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