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Iba a recoger un libro y me he venido con siete, y entre ellos no estaba el que encargué. Yo creo que es porque el distribuidor se lo habrá tomado a broma, pensará: "¿Cómo va a haber un libro que se llame Yo también lloré con Terminator 2?".
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Lo mejor, aparte de los buenos momentos que espero me proporcionen cada uno de ellos, es el precio. 30 euros. 7 libros por el precio de una cena sin vino es una buena compra, espero.
Ahora a ficharlos, buscarles sitio y leerlos poco a poco combinándolos con los que siguen esperando su turno.
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Luego, con la bolsa ya cargada, una hora larga, pero larga, larga, hablando con mi librero sobre Spotify, César Vidal y la música del sur, los podcats, Clint Eastwood, las novelas de Michael Connelly, Nueva York, los musicales y la estatua de la libertad.
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Libertad es lo que conseguimos con la lectura, ese rato de evasión en el que nos zambullimos en las páginas de un libro. Durante ese tiempo nos liberamos de las restantes preocupaciones y sólo atendemos a la historia que alguien nos cuenta.
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Y lo dejo aquí, que tengo mucho que leer.
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