Hace unos días surgió nuevamente el error-equivocación con la escritura de mi nombre familiar y que uso normalmente.
Me enviaron unos correos electrónicos donde venía escrito con K.
Rápidamente contesté diciendo que mi nombre se escribía con Q como QüenKa, la ciudad castellano-manchega.
Hubo alguna otra respuesta en desacuerdo y todo se zanjó con unas risas, que nunca vienen mal.
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Todo ello me hizo recordar una dedicatoria del año pasado en la Feria del Libro de Madrid, que es como la de aquí, pero más grande y sin Emili Piera.
En una de las casetas, iba a escribir stand pero teniendo un palabro tan bonito como caseta, digo, en una caseta estaba Carmen Iglesias firmando libros.
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Yo ya tenía en mente comprar el último libro "No siempre lo peor es cierto" de la conocida historiadora y no dejé escapar la oportunidad de que me lo dedicara.
Cuando se lo tendí para que me lo dedicara, la autora me preguntó a nombre de quién debía ir la dedicatoria y le dije "Iñaqui, con q",
y Carmen escribió "A Iñaqui Concu..."
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Yo no sabía si gritar o darle con el libro en la cabeza, o ambas cosas. Pero me contuve, no quería que me confundieran con María Antonia Iglesias que habíamos visto en una caseta cercana lanzando sus exabruptos habituales, así que simplemente saqué a la escritora de su error con el nombre y su escritura.
Carmen, muy amable, retiró el libro, cogió un nuevo ejemplar y, ése sí, lo dedicó acertadamente.
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Yo, se lo he hecho pagar teniendo el libro en el purgatorio durante todo este tiempo, año y medio, pero al recordar la anécdota, lo he recuperado y lo empiezo hoy mismo, para aprovechar este fin de semana que llega ya.
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El comentario del libro ya llegará.
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