miércoles, 3 de noviembre de 2010

Libro: París Francia

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París Francia
Paris France
Gertrude Stein
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Traducción de Daniel Najmíaas
Revisión de Alicia Ferran
Edita Minúscula
119 páginas
1ª edición, noviembre de 2009
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Hacía tiempo que no dejaba un libro a mitad y, esta vez, le ha tocado a éste.
Debo estar más tonto de lo que pensaba pero a medida que pasaban las páginas se me iba haciendo más insufrible.
No por lo que contaba, por cómo lo contaba. He tenido que leer muchas frases tres y cuatro veces para llegar a creer entender lo que decía o quería decir la autora, y no se si lo he conseguido.
Grandes parrafadas sin comas con lo que el sentido de lo escrito variaba y tú, sufrido lector, sin saber a qué carta quedarte.
Y el caso es que el libro además de traducción ha tenido una revisión por persona distinta.
No lo entiendo.
Y como no estamos para sufrir de este modo, en la página 38 he tirado la toalla.
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¡Aviso a navegantes!
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He mirado por ahí a ver que dice la gente y se confirma, soy tonto, porque lo ponen bien.
Si ya me decían que pasar del MARCA a los libros era un salto muy grande para mí.
Y lo dejo aquí que ya oigo gritar a Belén esteban en la tele.
¡Adios!
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4 comentarios:

  1. Hiciste bien. Ya estamos grandes para leer lo que nos apetece. Lo mismo, hice yo con Juan Benet (que escribiría muy bien pero, en sus frases, yo ni encuentro el verbo)

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  2. ¡Ah, fuiste tú quien compró el libro de Benet! ja,ja.

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  3. Yo tengo la enfermiza costumbre (sí, sé que debería hacérmelo mirar) de acabar todo libro que empiezo, por fas o por nefas. Estupidez suprema, sí, sí, sí, lo admito, pero no sé qué extraño enfermedad me aqueja (¿será una llamada cabezonería?).

    Así ha sido siempre..., con una sóla excepción (claro, si no hubiera excepción, no se confirmaría la regla). Y, ¡qué coincidencia, Guido!, el único libro que he dejado sin terminar en mi vida ha sido precisamente uno de Juan Benet.

    Caraguevo: sí, fue Guido quien lo compró. Mi ejemplar lo encontré en un contenedor. ¿Era el tuyo, Guido? ;-)

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  4. Tengo dos; uno de tamaño normal, y otro un espanto de un millar de páginas. El primero lo comencé y dejé. El segundo, ni abrí. Ah, y sólo me compré uno (el primero, claro)

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