Dentro del libro hay un marcapáginas donde se publicista una página de facebook sobre su nueva obra "Asesinatos matemáticos".
De ella extraigo esta píldora como aperitivo:
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Los 42,195 km de la Maratón
Muchas son (y muy concurridas) las maratones populares: Nueva York, Boston, Chicago, Berlín, París, Estocolmo, Madrid, Barcelona… pues la afición por las carreras atléticas ha ido en aumento durante el siglo XX, tomando siempre como referencia, desde 1896, las maratones olímpicas. El lío viene cuando se trata de perfilar la distancia que debería recorrer una maratón. Si atendemos a diversas leyendas griegas sobre héroes atléticos que llevan noticias desde el lugar físico llamado Maratón a Atenas (menos de 40 km), se entiende que en 1896 se fijaran 40 km como una buena distancia a recorrer.
Pero en las olimpíadas actuales se recorre, desde 1908, la peculiar distancia de 42,195 km, con tres decimales. El motivo es muy banal: el príncipe de Gales pidió al barón de Coubertin que en los juegos ingleses de 1908 la maratón fuese del Castillo de Windsor (su casa) hasta el estadio olímpico White City de Londres… añadiendo unos metros dentro del estadio para que la meta estuviese frente al palco presidencial. La necesidad de los 3 decimales en el 42,195 km ya hace sospechar que detrás de esta distancia se esconde toda una historia..
Esta curiosidad histórica/matemática no la conocía.
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Ilustra esta anotación el gran Chuck Norris porque se lo merece hablando de matemáticas. Ni Pitágoras, ni Euler, ni Galileo, sólo Chuck Norris, pues es la única persona que ha contado DOS VECES hasta el infinito.
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¡Toma ya!
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Yo creía que la ocurrencia había sido de su muy victoriana madre, y mira por dónde, se trató de la primera iniciativa eduardiana.
ResponderEliminarSu primera iniciativa, sí, pero que se cansaran otros.
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