El otro día me encontré con Corrupción en Miami, serie de 1984.
Ver el despacho de Edward "Cara de palo" James Olmos (Teniente Castillo) pintado de rosa, las mesas de la comisaría, y las pintas, sobre todo las pintas de los protagonistas mostraban a las claras que hay modas, estéticas que envejecen mal.
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Hay series de televisión más antiguas, en las que tampoco había móviles, ni ordenadores, por ejemplo "Se ha escrito un crimen" con la señora Fletcher, pero no me producen esa imagen de envejecida, antigua sí, claro, pero ya se ha convertido en un clásico, veo su estética con cariño, sin pararme a pensar en el tiempo pasado.
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Viendo el episodio de Corrupción en Miami no me pasó nada de eso.
Sólo se salvaba el Ferrari.
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