lunes, 24 de octubre de 2011

¿Qué se nos ha perdido en Libia?

La gente del Grupo de Estudios Estratégicos me ha enviado el último boletín donde aparece este interesante artículo:

Asesinato humanitario 
por Rafael L. Bardají, 
24 de Octubre de 2011 
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Ahora que Libia se ha librado de Gadafi, no están de más algunas reflexiones. Para empezar, las democracias occidentales, tan escrupulosas todas con el respeto a la ley, la dignidad de la persona y los derechos humanos, han presentado la muerte del coronel como una liberación cuando en realidad se ha tratado de un brutal asesinato que contraviene no sólo cualquier normativa del derecho internacional bélico, sino nuestros principios más básicos. Sin juicio, linchado de un tiro en el estómago y rematado, “como una rata”, según sus captores, con un tiro en la cabeza. 
La ONU se movilizó en Libia para impedir un posible ataque de Gadafi contra la población civil de Bengasi, allá por febrero. Pero muy pronto los europeos de la coalición de la OTAN cambiaron unilateralmente el objetivo, jaleados por algunos países árabes que buscaban ajustar cuentas contra el coronel. El cambio de régimen pasó a ser el objetivo real de los bombardeos aunque nadie nunca votó en Naciones Unidas semejante cosa. Y mucho menos acabar con la vida del dictador libio. Simplemente, no hubiera salido adelante. A diferencia de Bin Laden, Gadafi nunca fue declarado enemigo combatiente. 

Al margen de la legalidad y del mandato de la ONU, el Gobierno español, con Zapatero y Chacón a la cabeza, ha actuado como cómplice de un asesinato, pero atrás han quedado los tiempos en los que decían que hubieran preferido un juicio justo para Bin Laden. ¿Dónde están ahora los bienpensantes que tantas veces han querido encausar a Aznar por la guerra de Irak? ¿Por qué no denuncian ahora a nuestros dirigentes, claramente culpables de un crimen? En un acto de cinismo total, la OTAN afirma que Libia es el modelo para operaciones futuras. Que Dios nos coja confesados. Una ilegalidad, siete meses de ataques, 25.000 muertos, 60.000 heridos y el país planchado.
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Publicado en La Gaceta

3 comentarios:

  1. Este gobierno me recuerda a esos que siempre se justifican diciendo: "es que lo mío es distinto". Claro, contestamos y, a veces, hasta hacemos que nos lo creemos.

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  2. Concretamente a este gobierno se le perdió definitivamente la poca vergüenza y sus "ansias infinita de paz" (ZP dixit). Y aparte de eso, qué mas da...

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  3. Guido: Lo de "Lo mío es distinto" me recuerda a lo de "... es que la bicicleta es mía".

    Bate: La poca vergüenza la perdimos en anteriores misiones humanitarias. En Libia hemos ido a por la pasta, el petróleo y el gas. Es que no hace ni un año que ZP se reunió con Gadafi. Y de un día para otro, ¡zas! ¡qué malo se ha vuelto!.
    Y como dices: ¡Qué más da!

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