El problema de este escritorio, y de más cosas que traigo por aquí, es que siempre se me olvida copiar la referencia de dónde los veo, y así poco podemos hacer.
¿La amistad sobrevalorada? no creo que lo esté, el problema de hoy en día es que mucha gente llama amigos a los conocidos, feisbuk ha hecho mucho daño.
No, hombre no, alguien con quien se ha compartido cervezas hablando de libros es amigo, por supuesto.
Lo de la dualidad amigo/conocido venía por una conversación la semana pasada con un amigo que decía tener 800 amigos en feisbuk, y reconocía que se había pasado aceptando las solicitudes de amistad, porque de muchos no tenía ninguna referencia, pero eran amigos a ojos de la red social. En un trabajo anterior, una de las secretarias, que no me daba ni los buenos días, me envió la susodicha solicitud de amistad que, obviamente, rechacé. Éste era el sentido de mi comentario que no supe darle ayer.
En cualquier caso, los dos nos hemos quedado sin escritorio.
Si me lo querés regalar, tenés un amigo para toda la vida.
ResponderEliminarUn saludo
Je, je.
ResponderEliminarUn saludo
Menos mal que no me dijiste que la amistad está sobrevalorada...
ResponderEliminarSaludos
El problema de este escritorio, y de más cosas que traigo por aquí, es que siempre se me olvida copiar la referencia de dónde los veo, y así poco podemos hacer.
ResponderEliminar¿La amistad sobrevalorada? no creo que lo esté, el problema de hoy en día es que mucha gente llama amigos a los conocidos, feisbuk ha hecho mucho daño.
Ah, bueno, yo te decía lo de ser amigos, porque creí que era tuyo...
ResponderEliminarNo, hombre no, alguien con quien se ha compartido cervezas hablando de libros es amigo, por supuesto.
ResponderEliminarLo de la dualidad amigo/conocido venía por una conversación la semana pasada con un amigo que decía tener 800 amigos en feisbuk, y reconocía que se había pasado aceptando las solicitudes de amistad, porque de muchos no tenía ninguna referencia, pero eran amigos a ojos de la red social.
En un trabajo anterior, una de las secretarias, que no me daba ni los buenos días, me envió la susodicha solicitud de amistad que, obviamente, rechacé.
Éste era el sentido de mi comentario que no supe darle ayer.
En cualquier caso, los dos nos hemos quedado sin escritorio.
Un saludo