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Agatha Miller (Christie)
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Alfred Hitchcock
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Morritos Jones
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El sábado fui a la presentación de libros más original hasta el momento.
En Mos Eisly, una tienda dedicada al cine, Ana Campoy presentaba los dos primeros volúmenes de la aventuras de Alfred y Agatha, Alfred Hitccock y Agatha Christie respectivamente.
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La presentación y preguntas corrieron a cargo de Don Roberto que ha sido protagonista de algún cortometraje acompañado de su pipa.
En la fotografía se ve una bandeja con pasteles delante de Don Roberto, de los que dimos buena cuenta al término de la presentación.
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Ana contó que la inspiración le vino al leer el libro de François Truffaut "El cine según Hitchcock" donde se cuenta la historia de cuando el padre del cineasta envió al cineasta, siendo un niño, a la comisaría con una nota para el comisario. A llegar allí, él comisario leyó la nota y encerró a Alfred en una celda durante cinco minutos para que, según decía la nota de su padre, aprendiera dónde iban los niños que se portaban mal.
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A partir de ahí, la autora pensó en lo que le podría haber pasado a Alfred a partir de ahí. En sus aventuras tendrá como compañera a una niña muy perspicaz, Agatha Miller, Christie de casada.
En posteriores libros, están en marcha el tercero y el cuarto, aparecerán Arthur Conan Doyle, Edison o Winston Churchill, en su infancia.
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Acompañando a Ana Campoy estuvo Álex Alonso, el ilustrador de los libros, a quienes vemos firmando y dibujando dedicatorias a los presentes, con la pipa de Don Roberto en primer plano.
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Fue un acto muy agradable para la tarde del sábado.
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Pero el libro de qué va, que no me he enterado.
ResponderEliminarAhora mi anécdota: cuando tenía 5 ó 6 años vivía en un pueblo de Extremadura donde todo era libertad: una podía ir por la calle tranquila sin temor a que un coche la atropellara, así que los niños campábamos por la calle a nuestras anchas.
Pues bien, un día venía mi padre en coche por la carretera y justo a la entrada del pueblo se encontró con que un compañero del cole (que además era hijo de unos amigos de mis padres) y yo misma estábamos sentados en el pretil de un pozo que no tenía protección alguna. Paró el coche, se acercó en un suspiro y nos agarró por el cuello de la camisa sacándonos de allí. Nos montó en el coche, enfadadísimo, echándonos una bronca histórica. Pero lo peor estaba por llegar...: nos llevó a casa y allí, en el cuarto de estar, cogió el teléfono y le oímos la siguiente conversación: "¿Cuartel de la Guardia Civil? Sí, soy fulano de tal, vengan a mi casa deprisa, por favor, y llévense a mi hija y su amigo fulanito al calabozo".
Pocas veces he sentido más miedo que entonces. Claro, no vi que mi padre mantenía la línea colgada con la mano. Fue una lección dura, pero aprendimos: ninguno de los dos volvió a acercarse a un pozo. Igualito que los padres de ahora. Quizá eran más burros entonces, pero sus métodos eran la mar de efectivos, jajaja.
Pues no lo sé, podría marear la perdiz, pero acabo antes si digo que no sé de qué van los libros. Echo mano de la memoria y no sale nada, y es creo que la autora no lo dijo, supongo que porque lo daba por suponido con los personajes que protagonizan las aventuras: misterio e intriga.
ResponderEliminarIgual sí que lo dijo y no me enteré porque estaba preocupado de portarme bien porque la presentación fue sólo para mí, fui el único cliente en el evento, el resto eran amigos y familiares. Así, los pastelitos fueron casi todos para mí.
Para contar más habrá que esperar a que mis sobrino se lea el libro.
Ahora, después de contarnos tu anécdota ya sabemos la razón de que lo primero que hicieras para el belén fuera el brocal del pozo.
¡Mae mía, mae mía!