La Liturgia literaria del mes de enero ha estado a cargo de la escritora Marta Querol, autora de El final del ave Fénix.
El título de su conferencia fue: Alguien que no pensó jamás en escribir.
Mi vida, hasta 2003 era del siguiente modo:
- de dia: bien, lo de siempre, trabajo, familia, casa...
- de noche: llorar, llorar y llorar
Hasta las 6.23 a.m. del 7 de septiembre de 2003. Ese instante fue el Momento 0, el Big Bang.
Empecé a escribir lo que me agobiaba, contándoselo a otra persona.
A partir de ahí, empezó a escribir con un horario más o menos fijo y se le abrió el cielo.
Con el tiempo vio que tenía el embrión de una historia, El final del ave fénix.
No podía parar de escribir pero lo hacía sin método, sin documentación previa, sin esquema ni objetivo final, sin saber si valía o no.
El libro comenzó a partir de una carta de un familiar que contaba su historia y la memoria que tenía ella de la familia y de su infancia.
En paralelo a esto seguía el trabajo, la casa, la familia...
La única documentación con la que trabaja es la colección del NODO que salió con EL MUNDO, internet y las conversaciones con personas que vivieron la época del libro.
La historia empieza a crecer y crecer y crecer, entrándole el pánico a que se convierta en la historia interminable. Decide cortar y comprimir lo que sucede a partir de los años 60. Esto que corta lo guarda y se convertirá en Las guerras de Elena, la segunda parte de una trilogía.
Pero esto último es adelantarse mucho a la historia.
Para su primer manuscrito tiene dos únicos lectores: su marido y una tía de 80 años.
Ante las elogiosas críticas decide presentarlo al premio Planeta.
Posteriormente consigue el informe de lectura de varias agencias literarias y en todos se venía a decir lo mismo: había detalles a mejorar.
En ese momento Marta se enteró que los manuscritos hay que modificarlos varias veces.
Y mientras modifica que te modifica sigue escribiendo su segunda novela, La guerras de Elena, que se desarrolla entre 1967 y 1976.
Ahora ya cree tener una liturgia o método de trabajo que ha utilizado en esta segunda parte:
- fichas de personajes,
- fichas de capítulos con esquemas de acciones, marcando con colores las escenas de tensión, amor, etc.,
- resúmenes de capítulos.
Como el libro trata de dos familias también marcaba la participación de las mismas para que la historia estuviera equilibrada.
Como hay una parte que se desarrolla en Beirut estuvo leyendo en la hemeroteca del periódico Las Provincias los diarios de esa época (1967-1976)
De nuevo tuvo dos lectores para el manuscrito: su marido y su tía, ahora con más años, claro.
Pero esta vez, aunque le repitieron que la obra era la leche, decidió que alguien profesional le diera su opinión y contrató a una agencia.
La tercera novela, con la que acaba la trilogía de las dos familias, la está escribiendo con Scrivener.
Aquí le preguntaron si se sentía cómoda al utilizar el programa. Marta dijo que sí, es un programa muy organizado, con el que es fácil encontrar la información y la puedes tener toda en pantalla.
A la pregunta de con cual de las novelas se sentía más satisfecha, la autora respondió que todavía no se siente escritora pues considera la trilogía como un solo libro y lleva 2/3. Cuando acabe de cerrar el proyecto ya vera cómo se siente.
"El final del ave fénix" acaba y puedes no leer más.
"Las guerras de Elena" no acaba por lo que tienes que leer el tercero y para ello tienes que escribirlo.
Tiene una historia para una novela nueva pero no quiere empezar a desarrollarla porque dejaría de escribir el libro, la tercera parte con el que está en estos momentos.
Volvieron a preguntarle por el programa, si antes fue Santiago Álvarez esta vez fue el detective Mejías, y ella dijo que un capítulo vienen a ser unas 4.500 ó 5.000 palabras. Al llegar a las 2.500 repasa lo escrito para quitar lo superfluo y centrarse en lo fundamental de ese capítulo.
En una novela de esta clase, la tensión se mantiene a través de la empatía con los personajes. No hay búsquedas de tesoros. ni crímenes, el lector empatiza con los personajes y quiere saber qué les pasa.
Son novelas intimistas, de personajes, sin acción.
Surgió la pregunta de cuánto hay de la familia de ella en las novelas pues tuvieron negocias de moda infantil.
Ella explicó que los libros no son la historia de su familia pero que hay coincidencias temporales y de situación por ser los más cercano que tenía, pero explicó que la tercera novela la empezó a escribir en tercera persona y al llegar a las 80 páginas no lo vio claro y optó por reescribirla en primera persona, eliminando escenas. De este modo está consiguiendo un tono distinto a los de los libros anteriores.
Vicente Marco preguntó si a raíz del informe de la agencia literaria prostituyó la novela hacia lo comercial, a lo que Marta contestó que no, que el informe era muy técnico, no entraba en esos asuntos.
Sebastián Roa citó a Jason Webster acerca de que los escritores ingleses intentan no ponerse entre el lector y el libro.
Marta dijo que ella utiliza un estilo muy simple, con sencillez, un lenguaje correcto y cuidado, no ramplón, pero sin tener que tener un diccionario al lado.
Hubo alguna pregunta más pero creo que lo sustancial ya está reflejado.
La siguiente Liturgia literaria es pasado mañana, día 1, con Javier González, escritos con varias obras en su haber y que viene desde los Madriles.
Sin ser de este gremio, un servidor ha tomado apuntes.
ResponderEliminarGracias por semejante informe creativo, Caraguevo.
Me gustan mucho estas "liturgias". Ésta, además de interesante, ha sido reveladora.
ResponderEliminarDiría que me siento identificada con algunos puntos, pero eso sonaría pretencioso, de modo que me quedo en algo así como "según iba leyendo, determinados aspectos me han sonado a déjà vu".
Lo de las 6:23 de la mañana del día 7 de septiembre de 2003 suena a novela, así que supongo que la mujer no tendría otra salida que la de ponerse a escribir una.
Lo de "llorar, llorar y llorar por las noches", se sabe ¿por qué?
Felicidades. Muy buena anotación.
URUMO: La Liturgia fue el 16 de diciembre y hasta ahora me echaba para atrás escribir las notas porque me imaginaba que iba a salir un rollo larguismo, como así ha sido.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado.
S. Cid: Lo de llorar no lo explicó, he revisado las notas y no aparece, y a nadie se nos ocurrió preguntarlo.
Gracias por tu amabilidad.
Un saludo a los dos
No estoy segura, pero creo saber quien eres, Caraguevo :). Solo una precisión, fue a las 3:23 am. Y el motivo de esa pena, quien lea El final del ave Fénix lo entenderá.
ResponderEliminarMuy buen resumen.
Un abrazo
Marta: Estoy honrado y abrumado por tu visita , y tus palabras, a este blog que no es más que un simple pasatiempo.
ResponderEliminarLo de comentar brevemente libros leídos fue la petición de un amigo y, a partir de ahí, se fueron añadiendo otras cosas como presentaciones o charlas como la tuya.
Tomo nota del fallo de la hora.
En cuanto a la pena me he dado cuenta que en mi comentario anterior no lo expliqué después de decir que en la liturgia no se aclaró, pero tu comentario es muy oportuno, como dices: quien quiera saberlo que lea la novela, yo espero comenzar la segunda dentro de pocos días.
Muchas gracias por tu amabilidad y dedicar tiempo a puntualizar detalles y subsanar errores.
Un saludo