El otro día vi Transformers 3: El lado oscuro de la Luna.
No voy a hablar mucho de la película porque no la vi acabar de mala que me pareció.
La primera no está mal, es original pero no se puede estirar más el chicle.
Hay cambio de chica.
Esta vez es la modelo Rosie Huntington-Whiteley.
Pues a mí no me gusta.
Un aliciente de la película, es poder ver por dentro un edificio de Santiago Calatrava, concretamente el Museo de Arte de Milwaukee, que en la película figura ser la sede central de una compañía.
La arquitectura de Calatrava no te deja indiferente, o te gusta o no te gusta, yo estoy en el segundo caso pero eso ahora no viene a cuento.
Lo dicho, la película es perfectamente prescindible.
Más de un arquitecto importante ha dicho en más de una ocasión que la clave de la arquitectura es "Forma y función"( Y de hecho todos los estudiantes de arquitectura actuales lo estudian así). Calatrava da importancia a
ResponderEliminarla forma, de hecho yo no lo veo como arquitecto, es más un escultor, sólo que sus esculturas, además coinciden en tamaño con lo que habitualmente llamamos "edificios", "museos", "estaciones", etc. En Calatrava, la forma ES la función. Toda ciudad que acepte eso ( y la correspondiente factura sobredimensionada, que nadie se rasgue las vestiduras por eso, todos sabemos como funciona), acaba disfrutando de sus obras, que visualmente suelen ser muy impactantes.
Saludos.
Juanjo: Nosotros le llamábamos el artista fallero, porque es, como dices, un escultor.
ResponderEliminarEn el proyecto del Museo Príncipe Felipe no había oficinas hasta que los arquitectos de la propiedad analizaron el proyecto. Como la Generalidad valenciana, promotora del proyecto, no tenía todavía gestores del edificio nadie se dio cuenta de ese fallo excepto los arquitectos.
Salvado este obstáculo consiguió ser el único museo del mundo mundial sin almacén, hubo que hacerle uno, deprisa y corriendo, en el bajo de la pieza que debía servir de unión entre el Umbracle y el puente junto al Azud del Oro, hoy puente Jamonero, y que nunca sirvió.
El fallo es de él y de los que no supieron o no se atrevieron a marcarle las necesidades.
Por eso digo que no es santo de mi devoción.
Otro día podríamos hablar del Palau de les Arts, que también se las trae.
Un saludo.
Aclaremos a los no valencianos que a los dos puentes calatravos de Valencia los llamamos respectivamente, y por orden de aparición, la Peineta y el Jamonero (aunque de éste último hay otra versión popular mucho más grosera).
ResponderEliminarEs otra manifestación más del carácter fallero y escultórico de este arquitecto que, aunque no quiera, nos invita a nombrar sus piezas.
Y, Juanjo, a veces su obra es también "físicamente" impactante; que se lo digan a los transeúntes bilbainos que resbalaban en su puente y originaron el asunto del Botxo contra Calatrava.
Saludos.
Es que, URUMO, no son dos los puentes, sino tres: el del Nueve de Octubre, o del Continente-Carrefour, en Campanar, también es suyo.
ResponderEliminarY entonces ya apuntó maneras en cuanto a demora de la obra (y el entonces Continente que veía que se perdía la temporada de Navidad sin poder abrir, y eso que pagaba la obra), y al sobrecoste de la misma.
Un saludo.
Santiago Calatrava tiene tres puentes como apunta posodo y un viaducto que se une al puente de Fernández Ordóñez en Monteolivete, y que separa la Ciudad de las Artes en dos, a un lado está el Palau de les Arts y al otro queda el resto.
ResponderEliminarEs un viaducto porque bajo él no discurre un río, simplemente sirve para salvar un desnivel, por eso la otra parte sí es un puente.
En cuanto a lo de resbalarse en su puentes, no sólo pasa en Bilbao, en Dublín y aquí, en los pasos del Umbracle, pasa lo mismo pues es el mismo detalle constructivo: una pieza de vidrio puesta en horizontal.
No sé si los demás puentes tienen también ese detalle y/o lo ha mejorado.
Pero para concepto desafortunado de puente hay que ver el de Venecia, con escalones junto a la estación de tren. El ruido de los golpes de las maletas con los escalones es continuo.
Esto, alguien podía hablar de la chica de la peli, digo yo.
Un saludo.