Yo llevaba a mi sobrina Elena cuando era pequeña (tan pequeña que todavía no sabía contar bien) a natación y una vez le dio el día farruco y se pasó la clase llorando, así que el profesor le dijo: Venga, Elena, haces tres anchos y ya te puedes ir. Y ella le dijo llorando: Nooooo, tres no. Sólo cinco. El profe y yo nos miramos despiporrados y le dijimos: Bueeeeno, venga, vale, sólo cinco. Y se los hizo, jajajajajaja.
Ja, ja... Con mi sobrina de tres años el "trato" es una cucharada de puré (o dos, si cuela...), una patata frita... Y así una-una... hasta acabar...
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya desde pequeños nos quieren engañar, es queeeeee...
ResponderEliminarSaludos
María Gaetana: ¿Cómorrr? Tú tienes que ejercer de tía y darle sólo patatas.
ResponderEliminar¡Habrase visto!
Pantera Rosa: Nos quieren engañar no, nos engañan.
Un saludo.
Ja, ja si cuela. Son tan monos de pequeños.
ResponderEliminarYo llevaba a mi sobrina Elena cuando era pequeña (tan pequeña que todavía no sabía contar bien) a natación y una vez le dio el día farruco y se pasó la clase llorando, así que el profesor le dijo: Venga, Elena, haces tres anchos y ya te puedes ir. Y ella le dijo llorando: Nooooo, tres no. Sólo cinco. El profe y yo nos miramos despiporrados y le dijimos: Bueeeeno, venga, vale, sólo cinco. Y se los hizo, jajajajajaja.
S. Cid: Ja, ja, ja, qué bueno, una ministra de hacienda en potencia.
ResponderEliminarUn saludo.