La costumbre de relacionar las amapolas con la guerra viene de la época napoleónica, cuando un escritor se percató de que el territorio anegado tras un conflicto se cubría de estas flores en primavera. Durante la Gran Guerra, el teniente coronel John McRae, médico canadiense, escribió el poema En los campos de Flandes, en el que establecía esa misma relación. La composición se hizo célebre y la amapola se convirtió en el emblema de los fallecidos en combate:
En los campos de Flandes las amapolas crecen
entre la hilera de cruces,
que marcan nuestro lecho; y en el cielo
las alondras, aún cantan valientemente, el vuelo
es apenas escuchado entre los cañones de abajo...
Así, el día del aniversario del armisticio, el 11 de noviembre, los británicos se colocan una amapola -poppy- de papel, en recuerdo de los fallecidos en la Primera Guerra Mundial. Con ella también conmemoran a otros soldados que perdieron la vida en conflictos posteriores, como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de las Malvinas o la Guerra del Golfo. Las poppys son confeccionadas por los veteranos de la guerra y vendidas por representantes de la Real Legión Británica, una organización formada por supervivientes de todas las guerras.
Extraído de Muy Interesante
La fotografía es de hace tres días, de la comparecencia de los responsables de las distintas agencias de inteligencia británica en el parlamento, en ella se puede ver a la gran mayoría con su correspondiente amapola.
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