Esta mañana se ha celebrado la fiesta de la Guardia Civil en Valencia.
Me he enterado de casualidad, de hecho, me he topado con la zona acotada en la Alameda que creía era el final de la Volta a peu, otra más.
Al ver a estos dos guardias, no pareja, no la liemos, me he acordado del episodio de Phineas y Ferb en el que se su hermana Candance tiene que obtener las cincuenta insignias de las Scouts Girls.
Llegada de los ministros, del Interior y de Asuntos Exteriores.
El de Interior se entiende, el de Asuntos Exteriores es por la idea que tiene Mariano Rajoy para endosárnoslo como nuevo presidente de la Generalidad Valenciana, dicen.
Si tragamos dos veces con Nacho "borrachín" Uriarte en las listas del Congreso tragamos con todo, debe pensar Marianico.
Este es el director general de la Guardia Civil. Ha hecho un discurso lamentable en grado 11 de la escala Mercalli.
Con "Gracias ministro" varias veces sin venir a cuento. En plan lameculos muy vomitivo.
Solo le salva que ha dicho los nombres de los guardias civiles muertos en acto de servicio el año "pasado".
Aquí vemos al ministro. Bueno, realmente todos nos hemos fijado en la del vestido, vestidito blanco. No hemos sabido quién era, una pena.
El caso es que ella ha dejado muuuuy buena impresión, no así el ministro.
Ya sabíamos que Alberto Fernández Díaz es un inútil como ministro, pero es que además no sabe hablar. Comete faltas de ortografía cuando abre la boca.
Se le ha trabado la lengua varias veces, ha dejado frases sin acabar, empezaba a decir Cataluña y cambiaba a Canarias.
Un discurso que sí se merece el grado 12.
Un discurso que sí se merece el grado 12.
Pero lo mejor, lo mejor, gracias ministro, que diría Fernández Mesa, es que tenemos Virgen nueva en Valencia.
Toda la vida llamándole Geperudeta y el ministro la ha renombrado como Cheperuda. Unos guardias civiles en labores de vigilancia que estaban junto a mí se han dado cuenta del desliz y se han soltado a reír, por lo bajito, claro.
Para enmarcar el discurso.
Aquí podemos ver a compañeros de otro cuerpo policial "espiando" desde lejos.
Y también a los de la Local, más escondidos.
Y poco más, luego el desfile.
Dos cosas:
- Los discursos de Alberto Fabra Y Rita Barberá han estado bien, hubiesen estado mejor durando dos minutos menos cada uno.
Ah, Alberto, la próxima vez llega a la hora.
- No sé si algunos de los políticos presentes o sus asesores se habrán dado cuenta de que cuando se han entregado las medallas ha habido dos comportamientos del público absolutamente diferentes:
- cuando han nombrado a generales de división, de brigada, etc. tanto de la Guardia Civil como del Ejército, que se han llevado las mejores medallas, no ha aplaudido nadie, NADIE.
- cuando han nombrado a un comandante, que intervino en la desarticulación de un comando de ETA, al sargento que participó en el rescate de un montañero en el murieron tres compañeros de la Guardia Civil o del cabo primera del cuartel de Liria que, fuera de servicio, rescató a varias familias en un incendio, en ese momento sí se ha escuchado aplausos, muchos.
Es una pena que paguen justos por pecadores, pero las gracias hay que dárselas al ministro, es una mina este hombre, que en su discurso ha "querido destacar de entre los recompensados con medalla" a los jefes de estado mayor del ejército de Tierra, de la Marina y del Aire.
¡¡¡¡¡El día de la Guardia Civil!!!!!!
Lo dicho, un inútil.
Y que no te nombren cronista oficial... ;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
MGae: Quita, quita, tendría que ser políticamente correcto.
ResponderEliminarUn saludo.
Ejem, ejem... ¿Tú? ¿Políticamente correcto? Va a ser difícil...
ResponderEliminarSaludos.
MGae: Nooo, qué va, es lo más fácil, dejas de pensar y repites lo que dice la borregada.
ResponderEliminarUn saludo.