jueves, 19 de agosto de 2010

Hace unos muchos años

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5 comentarios:

posodo dijo...

Y... y digo yo, ¿de qué me suena esto?

vinagre63 dijo...

Me encanta lo de "señor influyente".
¿Quién podría ser en la actualidad un señor/señora (por lo de la paridad, no se me vayan a enfadar)influyente?
Caray, se me vienen a la cabeza los/las que aparecen por la televiaión o medios de comunicación varios y me "escuajo", como dicen en mi pueblo.

PD: Lo de la paridad me parece eso,una completa parida.

caraguevo dijo...

Era una serie para toda la familia, para todas las edades, un mix de "Física y Química" de Antena 3 y "Escenas de matrimonio" de Telecinco, más o menos. Igual igual.
Como la televisión de ahora.

vinagre63 dijo...

¡Anda ya, caraguevo!, pero ¿tú has visto alguna de las series que mencionas?, si yo un día pillé la de Física y Química buscando algo para poder ver y la escena que vi era de vergüenza; creo que mis hijos son los únicos del colegio que no ven esas series, con el consiguiente enfado por parte de ellos conmigo; pero me da igual, me niego a que vean semejantes bazofias y que vean como normales cosas y aspectos que son completamente anormales.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Antes, la Televisión en nuestro país, formaba parte de un entramado social que, junto con padres, escuela, familia, vecinos, etc, intentaba formar y civilizar a lo más pequeño.
La tribu educaba a sus crias.

Hoy en día, la televisión, no me cabe la menor duda, está pensada para deformar a los más débiles, los jovenes.

Todo forma parte un arduo plan.
Convertir a nuestros jovenes en seres moralmente amorfos a los que poder manejar en un futuro -que por desgracia ya está aquí-, con total garantia.

Aborto, Educación sexual en las aulas desde edades muy tempranas,la falta de respeto a los mayores, y cientos de mensajes nihilistas escupidos bajo la sencilla apariencia de lo políticamente correcto, el buenismo.....

Ese buenismo adolescente y suicida que condena el sufrimiento animal (Pensamiento Disneylandia), y mira hacia otro lado ante el sacrílego genocidio que se viene perpretando en las clínicas abortista.