Decía Joe Rigoli unas decenas de años atrás una coletilla: "Yo, sigo", no me acuerdo a santo de qué producto que publicitaba.
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Pues le compro la frase para decir lo mismo: Yo, sigo.
Sigo con mi "libuk" -nombre provisional a falta de otro, pero no lo podía seguir llamando aparato, a la hora del café sonaba raro lo de "todavía no le he pillado el tranquillo a mi aparato" y empezaba el turno de miradas de sorpresa, complicidad, con el consiguiente nerviosismo de todos, y aquí sí conviene especificar, de todas- sigo, digo, leyendo el tocho de "La mano de Fátima".
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Y digo tocho porque he visto el libro en mi librería, porque en mi "libuk" no distingues un libro de 23 páginas o uno de 996. La sensación es la misma.
Y es la misma sensación cuando vás por la página 12 que por 578.
Y es rara, rara, rara. Pierdes la referencia física del grosor del libro y de ver que te quedan pocas páginas para terminar el libro, porque las ves, las tocas.
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Tampoco tienes la referencia del marca páginas, punto de lectura, de los que habló el otro día posodo, porque apagas y el "libuk" se acuerda dónde se ha apagado, "abriéndose" en ese lugar al encenderlo de nuevo.
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Todo esto se ha de añadir a lo ya dicho hace justamente una semana, sobre la pérdida del tacto del papel, el olor del mismo, las portadas, tan sugerentes y tan dañinas a veces, etc. etc. y por esta caída en la tentación y fui rápidamente reprendido por Sue y Guido.
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Pero, aún con todos estos inconvenientes, yo, sigo.
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7 comentarios:
Seguir con esas cosas, me parece casi una aberración. Tanto como cuando era jóven y me impuse la criminal tarea de leer "El manuscrito carmesí". Después, lógicamente, me arrepentí.
Un saludo
Ja, ja. Yo también, es lo único que he leído de ese hombre a un bastón y a un pañuelo en el cuello pegado. Bueno, no, alguna columna suya del periódico, pero ahora es resentimiento, eso sí, sigue con el bastón y el pañuelo.
Gracias.
Enlazando con el tema del boxeo, debo reconocer que yo he tenido más cintura, y he conseguido aguantar todos estos asaltos sin recibir ningún golpe novelado suyo, y sólo algún roce con su tronera. Pero creo que con mi juego de piernas, al final conseguiré agotarlo y vencerlo por agotamiento. Lo que tendré a Gala, claro.
Estos artilugios del demonio, que se diría hace unos siglos, pueden ser muy útiles como criba: aquello sobre lo que tengas dudas, se comprueba en este sistema; que deja un buen gusto, pasa al formato decente; que no, ahí se queda.
Mi gran temor en todo esto es el problema d ela compatibilidad de versiones.
Y no me enrollo más, que ya lo expuse hace casi año y medio.
P.S. La frase de Joe Rígoli era en un concurso en el que tenía que conseguir cosas con la ayuda del público, sección de un programa dominical de cuando había sólo había una Televisión, y encima, era Española.
Es verdad, he liado a Joe Rigoli con Miguel Gila, famoso antifranquista. Él era el de la publicidad, pero decía "Yo de SOFICO, me fío", y quebró, arruinando a miles de pequeños ahorradores. Pero Gila no tuvo nada que ver con eso.
Es verdad, la famosa "verdad de SOFICO", con su caballito de mar, o hipocampo, no confundir con el hipohuracanado grito de los arruinados.
Mis experiencias con el señor Gala mejor me las callo, que si no Guido me va a regañar... Aunque, y desde que se me atragantó la primera de sus troneras que leí, el único contacto que tengo con él es a través de los clones.
En cuanto a tu libuk..., Caraguevo, por qué no sigues con la información y nos cuentas dónde encuentras libros para bajártelos, cuánto cuestan y cosas así..., please... Como Posodo, le veo algunas ventajas, y no sólo como criba, sino también como excelente medio para almacenar libros que pueden muy bien no estar en tu biblioteca ocupando un espacio precioso, pero que sí te apetece leer, o libros que te gustaría llevar a todas partes, siempre.
Tomo nota y haré un comentario más extenso sobre mi "libuk" este fin de semana.
Un saludo.
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