Hace meses una plaza de la ciudad, creo recordar que era la plaza del Negrito, amaneció con su mobiliario urbano vestido con piezas de ganchillo.
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No fue resultado de una quedada por tuitter, ni una convocatoria en feisbuk, fue, simplemente, la idea de un grupo de mujeres mayores del barrio.
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El otro día íbamos callejeando unos de mis sobrinos y yo por el centro de Valencia y nos encontramos las farolas de la Plaza del Doctor Collado de esta guisa.
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Nos deleitamos viendo las labores vecinales pero más nos deleitamos con los bocadillos que nos tomamos a continuación en El Kiosco, entrañable bar con sus mesas y sillas de railite del barato, de hace 40 años al menos.
Que no me lo cambien.
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5 comentarios:
Cómo se ponga de moda vestir las farolas, en Sevilla se van a jartar. Si en vez de árbol en árbol la célebre ardillita tuviera que atravesar la península ibérica de tonto en tonto la volvería a cruzar.
O..., cuando el diablo está aburrido zurce ganchillos a las farolas y, de paso, mata moscas con el rabo.
Yeah!
Bate: Míralo por el lado bueno, no han pedido subvención para hacerlo, lo han pagado ellas y le han dedicado su tiempo sin subcontartar a nadie y sin facturas falsas.
Y queda curioso y alegre.
Hombre, po sí. No lo había pensado.
Un abrazo
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