La historia de siempre jamás
Gabriela Bustelo
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Diseño de cubierta: soload
Edita El Andén
1ª edición: octubre de 2007
395 páginas
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Manuel Foz, propietario de una mansión, y Leandra, una asistenta de dieciocho años recién fichada, son los protagonistas principales de una historia hilarante, escrita con grandes dosis de humor y un conocimiento de la naturaleza humana muy profundo.
El Sr. Foz es un millonario que solo ha amado y ama al dinero. Odia a sus tres nietos, unos jóvenes superficiales, “cocacolos” como dice la autora, cuya única ocupación en la vida consiste en vivir rodeados de lujo y ejercer de parásitos mientras habitan en la casa del abuelo y disfrutan de un estatus social del que se creen dueños y señores.
Un buen día, Manuel Foz descubre a través de su médico que en su organismo existen dosis importantes de arsénico... Pensando que existe un plan para acabar con él, el hombre visita a un especialista suizo, y hasta aquí puedo leer.
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Me ha gustado mucho este libro de Gabriela Bustelo, periodista de La Gaceta y a la que alguna vez me he encontrado en Dando caña.
Por eso, porque la había escuchado hablar en la televisión compré este libro.
No tiene nada que ver.
En esta novela hay humor, parodia, y también crítica, elementos que adoban un caso de...
Hay una trama detectivesca, toques a lo Agatha Christie con todos los sospechosos reunidos, una descripción hilarante de las dos clases: los de arriba y los de abajo, un mayordomo inglés y una asistenta-chacha que critican con humor a los niñatos de arriba.
Pero, como digo, lo principal es el caso criminal que hay que resolver.
Y la autora lo consigue con soltura, sin retorcer la trama ni sorpresas finales sobrevenidas.
Un libro entretenido, divertido y bien escrito. ¿Se puede pedir más? La pena, si es que alguien lo quiere conseguir, es que está descatalogado.
2 comentarios:
¡Mira tú...! Primero nos pones los dientes largos..., ¡para acabar diciendo que está descatalogado..! Menos mal que, de momento, la lista de espera es larga...
;-P
Saludos.
MGae: Ja, ja, la culpa no es mia, seguro que es de... Zapatero, claro.
Y se me olvidó decir que está escrito en tres voces: la del narrador, la de Manuel Foz y luego la de otro personaje. Me pareció muy bien conseguido ese cambio.
Un saludo
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