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El miércoles fue la presentación de Los asesinos del emperador en el Museo L'Iber, el museo de los soldaditos de plomo.
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El acto se desarrolló en el patio descubierto que tiene el viejo palacete de la calle Caballeros.
La tarde era calurosa y se veían algunos abanicos.
Era la segunda presentación del libro en Valencia pues el viernes anterior se presentó en LEO una nueva librería, pero hubo lleno de público y faltaron algunas sillas.
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La presentación consistió en una "breve" introducción histórica hasta Trajano por parte de Alejandro Noguera, director del museo. Esta introducción fue muy didáctica pues se apoyaba en las imágenes que se mostraban en una pantalla.
En segundo lugar habló Antonio Penadés, escritor, amigo y compañero de Santiago Posteguillo. Él, como profesor de cursos de literatura creativa, habló de la obra literaria de Santiago, de cómo el entretenimiento no está reñido con el rigor histórico, ni la aceptación del público con la literatura.
Por último habló el autor.
Santiago Posteguillo habló de la génesis del libro, de cómo surgió la historia, de cómo la fue moldeando y de cómo fue trabando las diferentes tramas que le interesaba tratar.
Hizo referencia a la importancia que tiene la documentación previa, las fuentes de la época y la historiografía sobre dicha época.
Habló de la importancia de los personajes femeninos, se centró en Domicia Longina, esposa del emperador Domiciano, al que sobrevivió y a unos cuantos posteriores, hecho muy infrecuente en Roma. Y también habló de las gladiadoras.
De los 100 personajes del libro, 50 mueren y sólo 6 lo hacen de muerte natural dijo el autor.
Contó, como curiosidad, el tema del envenenamiento por plomo pero no lo voy a repetir aquí, habrá que leer el libro para enterarse.
No me quedé al refrigerio posterior basado en productos de la antigua Roma, pero me fui de allí con ganas de leer el libro, que es el primero de una trilogía.
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2 comentarios:
La verdad es que en aquella época (como en todas), todos morían de muerta natural... porque lo natural era morirse tras lo que le hacían a uno. Pero se entiende.
El problema de estos libros es que ya requieren de demasiado espacio (y encima, una trilogía).
Pero intentaremos hacer algún apaño.
Sí, y la edición en el formato de Librinos no me convence. Habrá que ver el formato electrónico.
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