Si la memoria no me falla ésta ha sido la primera presentación de un libro a la que he asistido en la FNAC.
Se trataba del último libro de Javier Cercas, Las leyes de la frontera.
Presentó el acto una fulana que no se presentó, luego supimos por Javier que se llama Mariola, quien dijo que el libro de Javier Cercas había sido como un remanso de paz después de tener que ver por su trabajo Gandía Shore, pues dijo ser analista de televisión, que es un trabajo de esos que no terminas de saber en qué consiste y en qué se diferencia de crítico de televisión, si es que hay alguna diferencia.
Dijo que no le gusta nada Arcadi Espada, que no sé a santo de qué lo decía pero dijo que lo tenía que decir. Pues bueno.
Dijo que después de leer el libro te sientes más dulce, más inquieta, más alegre y feliz, eres mejor persona.
Y después dio la palabra a Carlos Marzal, poeta.
De lo que nos contó Carlos Marzal no puedo decir nada porque le escuché en diagonal, tampoco ayudó a que leyera su intervención.
Por lo menos Javier Cercas sí le hizo caso pues dijo varias veces que estaba de acuerdo con él en diferentes puntos.
Javier Cercas no compartió la presentación que de él había hecho la tal Mariola, intelectual lo había llamado.
Sí que compartió lo de reivindicar palabras -aquí citó a Faulkner pero no me dio tiempo a escribir la cita, tengo que decir que el escritor citó mucho a personajes históricos- tales como lealtad, integridad, honradez, honor, valor,...
El novelista plantea preguntas pero no da respuestas, la novela es el mejor artefacto para defendernos de responder con demasiada rapidez a las preguntas que nos planteamos.
Lo de que leer nos hace mejores no lo tiene tan claro, ni siquiera la cultura, el arte nos hace mejores. Dio ejemplos de grandes monstruos que abrazaron el arte mientras cometían verdaderas atrocidades.
Y por supuesto- dijo- eso de que el escritor tienen una superioridad moral es mentira.
Le gustó la definición que hizo Carlos Marzal del libro, un thriller existencial, dijo que en el libro se plantea una pregunta. ¿quién delató a la banda del Zarco? pero que libro no da respuestas, la respuesta es el propio libro, es el camino.
También dijo que está abierto a cualquier visión del libro, que el autor no tiene el monopolio de interpretar su novela.
Comentó que en Soldados de Salamina, novela que no he leído, descubrió dos cosas que cambiaron su forma de escribir desde entonces:
- el pasado es una dimensión del presente, nunca acaba de pasar,
- lo individual no se entiende sin lo colectivo
Y terminó diciendo que lo que siempre le habría gustado escribir son novelas del oeste.
Ya hasta aquí puedo leer porque empezaron las firmas y dedicatorias.
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