miércoles, 9 de noviembre de 2011

Libro: La sala de profesores

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La sala de profesores
Lehrerzimmer
Markus Orths
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Traducción de María José Díez Pérez
Fotografía de la cubierta: Herbert Perl
Edita Seix Barral
1ª edición: octubre de 2011
158 páginas
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Kranich es un maestro recién titulado que consigue un ansiado puesto en una escuela del sur de Alemania. Desde el primer día de clase, se ve sumido en una pesadilla kafkiana: el director ejerce un poder casi dictatorial sobre los profesores, en su mano está vejarlos, chantajearlos y humillarlos, aburrirlos con reuniones superfluas, espiarlos, atormentarlos con burocracia administrativa y crear un clima de control en el que algunos docentes ni siquiera se sienten tranquilos cuando entran al cuarto de baño. Kranich se convierte en algo así como un agente doble, por una parte miembro del grupo rebelde que lucha contra esta tiranía y por otra funcionario secreto de seguridad con una misión especial. ¿Quién dijo que la vida de un profesor era aburrida?
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Algunas frases sacadas de las críticas recibidas por este libro son las siguientes:
-Una visión cómica del horror.
- Debería ser una lectura obligatoria para todos los que se ganan la vida con la enseñanza.
-Narrado de forma maravillosa: un toque de Kafka, un toque de Apocalipsis y una enorme cantidad de locura.
-Que los profesores atormentan a los alumnos es algo de sobra conocido y un tema del que se ha ocupado la literatura; que los alumnos atormentan a los profesores es un tema probado, si bien un terreno virgen desde el punto de vista literario. Con Orths uno averigua cómo se atormentan los profesores entre ellos.
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Después de leer este libro sólo puedes pensar ¿En qué manos están nuestros hijos, en mi caso sobrinos tantas horas al día?
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Para pasar un buen rato.
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4 comentarios:

Guido Finzi dijo...

A veces, los hijos están en manos de cualquiera, menos de sus padres

caraguevo dijo...

Y van cargados, en las mochilas, de libros y derechos, nunca de obligaciones.

S. Cid dijo...

Pues segun iba leyendo, me parecía mi colegio, y no uno alemán, la verdad.

Me anoto el título por curiosidad, porque quiero ver qué se cuece en ese cole. En el mío ves cada cosa...

Hoy, en la primera hora después de comer, que la tengo libre, entró en el aula un chico de mi tutoría llorando a lágrima viva y diciéndome que quería hablar conmigo: un amigo suyo (hermano de un ex-alumno mío) se había suicidado esa misma mañana arrojándose a las vías del tren.

Durante la 2ª hora de la tarde de los jueves tengo tutoría. Llegaron al aula todos mis tutorizados con cara de funeral. Conocían al chico que se había suicidado. Además, y era mi mayor preocupación, entre las chicas de mi tutoría hay una que intentó hacerlo a finales del curso pasado tomándose un montón de pastillas (por cierto que esa misma mañana estuve hablando con su madre y me decía que el tratamiento psicológico parecía estar dando resultado y que la chica estaba mejor).

Mientras estaba haciendo de psicóloga (¡pobre de mí!) con ellos, esa chica se levantó y se marchó de clase sin decir ni pío. La dejé ir, pero a los tres o cuatro minutos me fui directa al baño porque sabía que estaría allí. Se había encerrado en uno de los aseos y lloraba desconsoladamente...

Esas cosas también las viven vuestros hijos y sobrinos, y nosotros..., los profesores, también. Y no es nada fácil, podéis creerme.

Me dan mucha pena los chicos de hoy. El que se ha suicidado tenía una familia en la que el padre, todo el día borracho, pegaba a la madre (que murió hace dos años). El hermano mayor, que fue mi alumno, también venía bebido a clase y su padre le maltrataba (aunque nunca pudimos demostrarlo y el Asistente Social nada pudo hacer).

Esta España es un asco.

caraguevo dijo...

S. Cid: Tu comentario ha sido un duro puñetazo de realidad en el estómago de este viernes que despierta.
Gracias por este baño de realidad.
¡Y ánimo!