Las razones detrás del éxito de los estudiantes de China, Corea y Singapur.
Noticia leída en Expansión
A los 15 años, un estudiante de Shanghai está de media casi tres años por delante de un alumno de la Unión Europea en matemáticas. Y un niño coreano suele estar un año más avanzado que un europeo en comprensión de lectura. Estos son los datos de un informe del centro de estudios Grattam Institute (organización financiada por el Gobierno australiano), que explora las razones del éxito de los sistemas de enseñanza asiáticos.
Grattan Institute parte de los excelentes resultados de Shanghai, Corea, Hong Kong y Singapur en el ránking PISA elaborado por la OCDE, que evalúa el rendimiento de estudiantes de 15 años de gran parte del mundo. Dichos sistemas educativos asiáticos ocupan cuatro de los primeros cinco puestos de la clasificación de 2009 (la última disponible); en Europa, solo Finlandia mantiene el paso con Oriente, con un meritorio tercer puesto.
Pues bien, ¿cuál es el secreto? El informe identifica ciertos factores comunes que están impulsando los excelentes resultados de los asiáticos.
El primero es el acento en la formación de los profesores y los incentivos para contratar a los mejores. Esto es así hasta el punto de que en Singapur los docentes son considerados funcionarios desde el primer año de formación y cobran en consonancia con dicha responsabilidad.
El segundo es la supervisión. En Shanghai, por ejemplo, cada nuevo profesor cuenta con dos tutores, docentes también, que presencian y evalúan regularmente sus clases, y le indican cómo tratar de mejorar.
El tercero son los incentivos a la investigación de los docentes acerca de nuevas y más efectivas técnicas pedagógicas.
El que los profesores encuentren tiempo para mejorar y evaluarse depende, por supuesto, del número de horas lectivas. A ojos de los autores del informe, los sistemas asiáticos han comprendido la necesidad de encontrar un compromiso y han optado por clases mucho más grandes, pero menos horas lectivas.
Así, un profesor de Shanghai enseña en aulas de 40 alumnos, aunque sólo 12 horas a la semana. En cambio, los cursos de un profesor estadounidense tienen unos 23 niños, pero debe dar 30 horas de clase a la semana.
El éxito de estos cuatro sistemas educativos asiáticos se ha conseguido, además, combinando este rendimiento espectacular con unos niveles de equidad muy superiores a los de la mayoría de los países occidentales. �En comparación con la mayoría de países de la OCDE, un niño pobre tiene menos posibilidades de quedarse atrás o abandonar la escuela en estos sistemas�, se lee en el informe.
Por otro lado, la diferencia entre los mejores y los peores estudiantes son más pequeñas que en Europa o Estados Unidos.
El informe destruye también algunos de los mitos con los que habitualmente se trata de explicar el alto rendimiento de los alumnos asiáticos. El primero, es la influencia cultural, el legado del confucianismo en los países de la órbita cultural china. Estas naciones tenían el mismo sustrato cultural hace diez años, cuando sus resultados eran mucho más pobres. Lo que ha cambiado son las políticas.
El segundo es el dinero, la asunción de que más financiación implica necesariamente una mejora del nivel educativo. Corea, por ejemplo, gasta menos que la media de la OCDE en sus alumnos y, sin embargo, sus resultados son excelentes.
A raíz del informe de Grattan, el Wall Street Journal se preguntaba si no merecía la pena empezar a pensar en mandar a los niños a Asia para ir a la escuela.
Lo curioso es que en China existe un importante debate acerca de cómo mejorar la educación del país, tomando como ejemplo algunos rasgos de Occidente. Para mucha gente, el sistema educativo local desincentiva por completo la creatividad y la capacidad de innovación de los jóvenes, facetas imprescindibles para desarrollar una economía basada en el conocimiento.
Hace unos días, Zhong Daoran, autor del libro No perdono, en el que critica el sistema educativo local, decía en una entrevista que la educación china "destruye la creatividad y hace que la gente no tenga opiniones propias y no pueda seguir su propio camino".
2 comentarios:
Después de ver hace unos años un documental sobre los entrenamientos de gimnasia rítmica de las pobres niñas chinas es difícil opinar al respecto: es otro mundo, claramente, y el tema daría para largo. Pero un hecho indiscutible es que en la Olimpiada Internacional de Matemáticas los chinos arrasan por goleada en los últimos años.
El otro día leí un artículo sobre la educación en Finlandia y en Singapur, que pasan por ser los países con mejor calidad de educación.
Allí se prima el esfuerzo, no el colegueo.
Los chinos, tú lo dices, es otro mundo, que no sé si se puede comparar con los países civilizados.
Un saludo
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