Así estaba el estrado 15 minutos después de la hora señalada para el comienzo de la presentación de "Tiempo de valientes" de Basilio Trilles.
Llegué a pensar que el autor nos había dado plantón y se había ido con los de la mani que a esa hora pasaban por delante de El Corte Inglés de Colón. Ese día la convocatoria hablaba de llevar un libro en la mano y pensé que Basilio se había ido allá a colocarles su libro, pero no, por fin llegó con el resto de castellonenses.
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Fue un desembarco de Castellón -sí, ya sé que ya no se puede decir Castellón, sólo Castellò, pero esa estupidez, como tantas otras me la paso por..., me la paso y ya está- digo que fue un desembarco de las gentes de Castellón en toda regla, el autor y los dos presentadores , todos ellos, los tres, periodistas.
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El libro habla de la época que Vicente Blaco Ibáñez vivió en París durante la Gran Guerra. El autor se ha servido de la documentación personal del escritor: cartas, escritos, artículos de prensa, para crear, con rigor, una novela en la que Vicente Blasco Ibáñez, se pone del lado de Francia para narrar la guerra.
Este valenciano universal fue escritor y fundador de la editorial Prometeo, político republicano, periodista y fundador de El Pueblo, empresario, masón, y varias cosas más.
Estando casado conoce a Elena Ortúzar, esposa del embajador de Chile, y vive un apasionado romance que desemboca, enviudados los dos, en boda. Le acompañó a París y allí Blasco Ibáñez empieza a narrar cómo ve la guerra, el asedio de París por los alemanes para diferentes periódicos.
Recibe el encargo, por parte del gobierno francés, de escribir un libro sobre ello y así nace "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" que, según cuentan, influyó poderosamente en el ánimo del presidente norteamericano Wilson para que su país entrara en el conflicto.
Fue, por tanto, un libro de encargo.
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Estuvo a punto de ser premiado con el Nobel de Literatura y también de entrar en la Real Academia, pero las envidias, su carácter independiente del resto de escritores y sobre todo su furibundo republicanismo le cerraron las puertas.
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Todo esto lo contó el autor y puntualizó que todas las palabras que pone en boca de Vicente Blasco Ibáñez están extraídas de documentos personales.
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Por lo que pudimos oír fue una vida apasionante y si su nacionalidad fuera otra ya tendría más de una película biográfica.
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Se me olvidaba, por su colaboración con el gobierno francés, por poner voz al pueblo francés recibió la más alta condecoración que entrega Francia.
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Tiene muy buena pinta este libro.
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Y después del evento, al salir a la calle me encontré con la mani delante de la ubicación provisional de la Delegación de Gobierno. No diré que fueran cuatro gatos, se enfadan mucho, pero crucé entre ellos sin ningún agobio ni problema.
Pero estaba hablando de cultura y no voy a empañar esta anotación con esta gente.
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