miércoles, 27 de abril de 2011

Libro: El espejo de los monstruos

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El espejo del monstruo
Juan Ramón Biedma
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Ilustración de la cubierta, Alejandro Colucci
Edita
Ediciones B
1ª edición: febrero 2006, 1ª reimpresión: marzo 2006
399 páginas
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Sevilla, siglo XXI. En una ciudad de aspecto gótico, desquiciada y violenta, comienza una serie de mosntruosos asesinatos, tras despiadadas torturas e inimaginables suplicios. Las víctimas comparten una característica: todas ellas tiene alguna deformidad física.

Los encargos de investigar el caso son el inspector Vendimia -un hombre torturado por las quemaduras de su cara- y Set Santiago, un abogado que acaba de salir de la cárcel.

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Novela de intriga escrita en forma de capítulos muy cortos (80), de unas cinco o seis páginas donde el esquema se repite, o aparece una víctima horriblemente asesinada o morirá antes de entrevistarse con alguno de los protagonistas.

El autor cultiva, como en Antirresurrección, una obra posterior, el feísmo aplicado tanto a los personajes, a la acción y al escenario.

En esta novela mucho más pues casi todos los personajes sufren de alguna malformación física.

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Hay escenas sexuales claramente gratuitas que sólo se entienden, ya aún así podrían no estar, para acentuar el feísmo de los personajes, su degradación como personas, su caída a lo más bajo, que es el tono general de la novela.

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No se le saca todo el partido a los personajes, se mueven por la historia pero no sabemos muchas cosas de ellos. No sé si se hace para poder hacer una novela con ellos o es marca de la casa porque en la anterior/posterior novela me dio la misma impresión.

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En las calles de Sevilla aparecen pintadas con el signo de la izquierda que, según se dice en la novela, es una trivirga, una nota específica de los cantos gregorianos, pero no se explica el motivo de su aparición a lo largo de la ciudad. Detalles como este hay más de uno en el libro, se arroja la piedra y se esconde la mano, dejando al lector desorientado, no se sabe si son pistas falsas o reaparecerá más tarde. Lo cual ni es bueno ni malo, no todo lo que aparece ha de cuadrar al final.

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Cuando leí la explicación me acordé del logotipo del Institut Valencià de la Música, pero al buscarlo en internet he comprobado que no es igual.

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Libro no recomendado para estómagos sensibles.


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