.Cuatro hermanas
Moonflower vine
Jetta Carleton
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Traducción de María Teresa Gispert
Fotografía de la cubierta, de Retrofile/ Getty images
Edita Libros del Asteroide
412 páginas
Segunda edición, 2010
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Oí a Víctor Gago recomendar este libro en el programa de radio en LD libros, de ((esRadio y decidí hacerle caso. Y no lo lamento, no señor.
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La vida familiar de personas de carne y hueso, a base de pequeñas historias, breves fragmentos de cómo transcurrían los días de los personajes.
No se cae en el sentimentalismo manido de otros libros, aquí los diferentes episodios están llenos de amor, generosidad, pero también la ingratitud, o la ignorancia.
Es una bella narración que tiene momentos de vida y de muerte, que revelan sus lados más alegres y más amargos, tiernos o crueles.
Un libro muy recomendable para un fin de semana de otoño y se puede redondear el ambiente con una buena chimenea y lluvia tras los cristales.
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A principios de los años cincuenta, Matthew Soames, maestro en un colegio rural, y su mujer, Callie, disfrutan del final del verano en su granja de las afueras de Renfro, Misuri, en la que criaron a sus cuatro enérgicas hijas: la mayor, Jessica; Leonie, la más responsable; la indómita Mathy, que dejó sus estudios para casarse con un piloto acrobático, y la pequeña Mary Jo, que abandonó la granja muy joven para trabajar en la televisión en Nueva York. Como cada año, tres de sus hijas acuden a visitarles durante unas semanas. El final de su estancia hace aflorar los recuerdos: las alegrías, decepciones, amores y desengaños que marcaron el paso del tiempo y que parecen haber dominado la vida de las cuatro hermanas. Sin embargo, más allá de lo ocurrido late el profundo amor que los ha mantenido unidos durante todos esos años.
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Cuatro hermanas, la primera y única novela de Jetta Carleton, fue publicada por primera vez en 1962. Su editor, el mítico director literario de Knopf, Robert Gottlieb, decía de ella: «De los cientos de novelas que he editado, Cuatro hermanas es realmente la única que he releído en varias ocasiones desde su publicación y, cada vez que la leo, me emociona tanto como la primera vez».
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