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Mientras el resto de la familia estaba en lo que estaba, una mañana de octubre de 1997 me fui a buscar los famosos almacenes Bloomingdale's, que hoy en día quedan bastante a desmano para los turistas comparados con Macy's o Six Fifth Avenue.
Ya no tienen el acceso desde el tren elevado y que hemos podido apreciar en alguna que otra película, antigua claro.
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Muy cerca está el puente Queensboro con su característica silueta metálica.
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Y junto al puente se puede apreciar la estructura, también metálica del Rooseveltt Aerial Tramway, en cristiano el funicular que va a la isla de Roosevelt, donde se desarrolla la película que se comenta más arriba.
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Cuando vi toda esta parafernalia pensé que debía ser el único modo de llegar a la isla, que en ningún momento de la excursión vi.
Eso lo haría tres años después, visitar la isla, yendo en metro, pero por más que he buscado no tengo fotografías de la isla. Ni de Manhattan desde allí.
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Ese viaje, el de 2000, sería el último viaje con cámara de carrete.
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