El Museu Valencià de la I·lustració i la Modernitat (MuVIM) exhibe temporalmente en la segunda planta de su edificio una colección de seis bocetos arquitectónicos del antiguo Hospital General valenciano.
La exposición tiene como objetivo principal ofrecer una visión histórica del recinto desde el siglo XVIII y recrear un recorrido cronológico, que se inicia con un plano de la ciudad de Valencia, y concluye con una ilustración actual del jardín del MuVIM.
Lo primero que hay que decir es que estos planos, aunque son historia del edificio, no están expuestos en ninguna sala del museo, están colgados en el pasillo que va del ascensor a la biblioteca. No está señalizada y un vigilante del museo llegó a decirme que tal exposición no existía, le enseñé el tríptico de la misma y reculó remitiéndome a Información.
El primero de los ejemplares, realizado por el Padre Tosca,ofrece una visión general de la ciudad en la que se ubica el Hospital y los demás edificios valencianos, seguido de uno de mediados del siglo XVIII realizado en 1749 por el marqués de Malaespina.
Ni el plano del padre Tosca ni el de Malaespina aparecen en estas fotografías que tomé como pude, repito que es un pasillo.
Asimismo, la muestra continúa con una impresión cartográfica del siglo XIX en la que se muestran las nuevas construcciones en el recinto del Hospital con varias ampliaciones, una de ellas destinada al aprendizaje de la Medicina.
La representación del antiguo edificio finaliza con un plano de 1963, en el que se dibuja la planta baja del Hospital y las fases de su demolición, detalladas a través de diversos colores.
A Dios gracias no se demolió todo, aunque sólo se salvó una pequeñisima parte: el crucero de las cuatro naves del hospital. La antigua farmacia, hoy sede del IVAJ se demolió y luego fue reconstruida.
El recorrido de la muestra termina con la visión gráfica del actual jardín junto al Museo de la Diputación de Valencia.
El diseño del jardín es del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. En él se han utilizado partes de las columnas del antiguo hospital y se han hecho con ladrillo, bastante feo, las trazas de la antigua iglesia.
Se completa con una colección de fotografías de los años veinte del artista Barberá Masip y en las que se observa el interior de los departamentos del Hospital General.
Una exposición cortita, interesante y muy maltratada. Una pena.
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