Libro: La plaza del Ayuntamiento: Antigua de San Francisco

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La Plaza del Ayuntamiento: Antigua de San Francisco

Juan-Luis Corbín Ferrer

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Edita Caja de Ahorros de Valencia

1ª edición, de 1988

172 páginas, con fotografías en blanco y negro y bibliografía

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Libro merecedor del Premio Navarro Reverter de la Caja de Ahorros de Valencia en los Juegos Florales de 1987.

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Y sí que lo merece, sí señor.

El autor es un reconocido investigador de la historia de Valencia y ha publicado numerosos libros sobre diversos rincones del cap i casal.

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Se centra esta vez en la historia de la hoy Plaza del Ayuntamiento desde que era el antiguo convento de San Francisco.
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Empezamos viendo la zona norte pues ahí estaba el portal de la Boatella, en la muralla musulmana del siglo XI. Como muestra el plano, el portal está en lo que hoy es la calle San Vicente, entre la Plaza de Mariano Benlliure (hoy lugar del popular mercado de cromos) y la calle San Fernando (calle que se abrió y edificó con ordenanzas dibujadas cuando se abrió el Cementerio general, pero eso es otra historia).

Por tanto queda claro que los terrenos de la futura plaza eran huertos extramuros, en el camino hacia el sur, hacia Ruzafa.

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Posteriormente se edifica la muralla cristiana y la futura plaza queda dentro de los límites de aquella, entre las puertas de Ruzafa y San Vicente. La muralla cristiana seguía lo que luego sería la primera ronda de la ciudad: Colón, Xátiva, Guillem de Castro y el río.

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Pero antes, vemos el plano del Padre Tosca, se había edificado el convento de los franciscanos, en los terrenos cedidos por Jaime I el Conquistador por su Real Privilegio fechado en 11 de enero de 1239. De dicho privilegio se deduce:

"1.º Que el terreno concedido perpétua, libre y francamente a los frailes franciscanos que ya moraban en Valencia, para la edificación de su convento ad opus edificande domus vestre, estaba situado contiguo al camino público que daba acceso desde la ciudad al barrio de Ruzafa y frente a la puerta llamada de Boatella."

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Este convento pobre y modesto en un principio, grandioso después, fue en Valencia la cuna de la Orden Franciscana que pronto se extendió por todo el nuevo Reino.

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El tramo de la muralla cristiana en la zona de la hoy calle Xátiva recibió el título un tanto familiar, de Muro de San Pablo, debido a que allí, prácticamente pegado a él, se edificó en el siglo XVI el Colegio de San Pablo de la Compañía de Jesús (posteriormente Instituto Luis Vives) entre las calle Nueva de Pescadores -absorbida en parte por la Avenida de Amalio Gimeno, hoy Marqués de Sotelo- y la calle de Renglons (hoy Arzobispo Mayoral).

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El espacio público que había delante del acceso principal al convento franciscano se le conocía desde la edificación de aquel como Plaza de San Francisco. pero el Ayuntamiento tenía especial empeño en transformar aquella plazuela en la más grande y céntrica de Valencia.

Entre otras razones que aducen cronistas son evitar los desórdenes que s eproducían en las callejueleas laterales lindantes con las tapias del convento y eliminar las molestias que ocasionaba a los transeuntes el rodeo que tenían que dar para dirigirse desde la calle de la Sangre a la de las Barcas.

En 1672 se acordó demoler estos obstáculos urbanos pero no fue hasta el 6 de octubre de 1805 cuando se derribaron tapias y se talaron árboles.

La tan anhelada plaza para realizar allí los valencianos sus fiestas parecía visumbrarse ya, sin embargo, la obtención total de unos solares libres para el trazado de una plaza no iba a ser gestión fácil.

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La imagen de la izquierda es de 1840 y muestra el convertido convertido en cuartel militar después de la desamortización de Mendizabal por la que se desalojó a los religiosos y instaló el cuartel de caballería de los lanceros de Numancia.

Los militares abandonaron el antiguo convento en 1891, se procederá a su derribo y se formarán los llamados solars de Sant Francés.

Dichos solares estuvieron abandonados bastantes años, y en 1896 se instaló la feria de Navidad, y posteriormente una serie de teatros de verano, germen de los posteriores del Paseo de Ruzafa y zona adyacente.

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Estamos a finales del siglo XIX, con la zona del sur de la futura plaza ya derribada pero por el norte tenemos una manzana de edificios que separa todavía la futura plaza de la calle San Vicente.

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En las dos fotografías superiores vemos, en la izquierda, una perspectiva de la calle San Vicente desde la desaparecida Plaza de Cajeros.

A la derecha vemos la Plaza de Cajeros con el arco del pasaje de Ripalda, la Bajada de San Francisco y la calle de San Vicente.

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La fotografía de la izquierda nos muestra el tendido ferroviario que atravesaba la calle Xátiva, pasando por delante del Instituo, ahora Luis Vives, pues la estación se encontraba en la Plaza de San Francisco, en los solares que hoy ocupan los edificios de La Equitativa y Telefónica.

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Esto obligaba a los usuarios del tranvía que circulaba por la calle Xátiva a hacer un transbordo en el cruce con el ferrocarril.

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En 1893 los terrenos del antiguo convento no eran de propiedad municipal por lo que la gran plaza de Valencia seguía sin ser una realidad. La Hacienda Pública reclamaba un alto precio por los solares de san Francisco.

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Por estas fechas se realiza la prolongación del lado derecho de la Plaza de San Francisco y se facilitaba un acceso amplio y libre hacia la que sería años después nueva estación del Norte en la calle Xátiva y a la tan habitualmente concurrida plaza de toros que en la foto vemos con un vallado alineado con la calle.

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Pero la proyectada reforma en el otro lado, en la Bajada de San Francisco no se llevó a cabo por las protestas de los comercios, encabezados por el Ateneo Mercantil, esa es la razón por la que la plaza es triangular y no rectangular, se derribaron los edificios de una acera pero la otra no se retranqueó.

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El 16 de mayo de 1854, ante el estado ruinoso que presentaba la antigua Casa de la Ciudad situada junto al Palacio de la Generalidad, se pide un informe acerca de si el edificio reunía las condiciones de seguridad necesarias.

Ante lo negativo del informe se decide trasladar el Ayuntamiento a la Casa de la Enseñanza, parte del edificio consistorial actual.

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En 1910 Francisco Mora proyecta un nuevo edificio para el Ayuntamiento, que como se puede observar en las fotografías no tenía el balcón desde donde las falleras contemplan las mascletás.

El monumento del Marqués de Campo que aparece en la Plaza fue trasladado a su ubicación actual en Cánovas.

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En estas fotografías podemos ver los edificios que jalonaban la acera del actual Ateneo, antes de que el edificio del Ateneo Mercantil y otros los sustituyeran. En la esquina de la calle de las Barcas se ve el Hotel y fonda España antes de ser demolido en 1962 y ser sustituido por un edificio que desentona claramente con el resto.

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Por último, dos fotografías con la primera remodelación de la plaza en 1934, entonces se llamaba de Emilio Castelar y la reforma estuvo a cargo del arquitecto Javier Goerlich.

Conocida popularmente como la tortada, tenía un sótano donde se disponían los puestos de venta de flores y una fuente que más de uno reconocerá por estar hoy en día en el Llano de Zaidía, cruce con Constitución.

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Por ir acabando ya, un libro muy, muy ameno y recomendable para cualquiera que quiera saber un poco de la historia de un lugar tan conocido y callejeado de Valencia.

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