Hoy es un buen momento para traer unas fotografías de la cantante islandesa Bjork. Omito escribir el apellido porque seguro que pondría la diéresis en la j que no toca y acentuaría al reves la tercera w.
Además, todos la conocemos como Bjork.
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Reconozco que su música nunca me ha llamado la atención pero su imagen sí. Tiene y cultiva una imagen muy personal, inconfundible, pasando de modas y de intentar agradar confundiéndose con el rebaño que impera.
Digo que es un buen momento de ver estas fotografías porque Bjork es de Islandia, donde está ese buen volcán que ha tenido a bien recordarnos que cuando la Naturaleza dice "allá voy" no hay quien la pare.
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Miles de personas llevan varios días tiradas en diferentes aeropuertos. Esperando a que la nube de ceniza se despeje y diluya hasta unos niveles en los que ya sea seguro poder volar.
Una de las cosas que más echaran de menos los "aeropuertirados" será su aseo personal. Se habrán mirado, se estarán mirando estos días en espejos, superficies de acero inoxidable o en el reflejo de la pantalla de su móvil y habrán dicho "¡Qué cara, qué pelos!".
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De los pelos que se gasta Bjork en la fotografías que ilustran esta anotación.
De su música ya hablaremos otro día, o no.
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Y sí, estáis pensando que la relación entre las fotografías y lo del volcán está cogida por los pelos.
Pero es que me viene al pelo.
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