El pasado jueves se celebró en Bibliocafé la Mesa redonda sobre literatura fantástica.
Y como la organizaba El cuaderno rojo allá que me fui con mi nuevo cuaderno de notas, gentileza de mi hermana.
Era una tarde de perros, con lluvia, viento y granizo, nada que una cerveza bien fresquita no pudiera remediar. Una o dos, porque había 2 X 1 en ese tipo de reconstituyentes.
Abajo se puede ver los pertrechos perfectamente distribuidos en la mesa.
Ya estaba preparado, por mí podía empezar el evento y con puntualidad española así lo hizo.
Esta vez no hubo una mesa de conferenciantes, se formó un corrillo de mesas de la cafetería y los autores invitados se fueron sentando donde quisieron.
En esta enlace de feisbuk se puede leer algo más sobre los intervinientes aunque Santiago presentó a algunos de ellos.
Ángeles Pavía es correctora y coaching, palabro que parece que ya se ha quedado entre nosotros, de varios autores del género fantástico.
Joaquín Sanjuán, a este autor no lo presento porque a última hora se había caído del cartel, así que se presentó él mismo.
Aficionado desde muy pequeño al género fantástico, desde que empezó a leer. Ha publicado dos libros (corregidos por Ángeles) y ha participado en la elaboración de juegos de rol y de estrategia.
Al oir lo de los juegos de rol me acordé de lo comentado por Miguel Ángel Badal en su liturgia.
Sergio Mars, coincidió con Santiago Álvarez en la Sociedad Tolkien. Tiene 3 novelas publicadas, siendo la última La ley del trueno del género fantástico.
Tiene cuatro premios Ignotus y también ha ganado el premio Gandalf, que entrega la Sociedad Tolkien.
José Miguel Vilar-Bou es autor de libros de relatos y dos novelas cortas y ha sido premiado en varias ocasiones.
Y por último Juan Miguel Aguilera, un escritor referente de la ciencia ficción española. 13 novelas, múltiples premios...
Un lujo tenerlo aquí, en palabras de Santiago Álvarez.
En la fotografía inferior podemos ver a Ángeles Pavía, Sergio Mars y Santiago Álvarez, miembro de eco y moderador de la mesa.
El primer tema que se puso sobre la mesa fue el de la definición del género fantástico, porque muchas veces no están claros los límites entre fantasía, ciencia ficción y terror.
De hecho hay una asociación de autores de estos temas que es la asociación española de autores de fantasía, ciencia ficción y terror.
Juan Miguel empezó diciendo que la ciencia ficción empezó con Frankenstein y sin embargo la fantasía es muy anterior.
Es un juego escritor-lector en el que los dos saben que lo que se cuenta no es verdad.
Ángeles dijo que la literatura fantástica podría decirse que empezó con el Chretien de Troyes y el círculo artúrico, en el siglo XIII.
Juan Miguel estableció un paralelismo : los libros de viajes con monstruos eran lo que hoy son los libros de ufología.
Ángeles añadió que hasta hace unos años los libros de fantasía eran libros de hadas y caballería hasta que llegan los libros de fantasía de la editorial Acervo, Timun Más y sobre todo Minotauro con El señor de los anillos.
Sergio no estuvo de acuerdo con lo dicho, cree que la ciencia ficción es una parte de la fantasía. Cree que el primer libro de ciencia ficción fue El ultimo hombre, la segunda novela de Mary Shelley.
José Miguel dijo sentirse defraudado al leer Frankenstein y quedarse sin saber cómo creó el monstruo.
Al principio de los tiempos contar cuentos era algo enlazado con la fantasía pues los espectadores querían escuchar historias de hechos que ellos no vieran día a día.
Hoy parece que se ha quedado restringido al mundo de Tolkien y sus elementos: elfos, gnomos, magia, etc.
Joaquín abunda en lo anterior y dice que los límites entre géneros no están claros.
En la fotografía superior podemos ver a Juan Miguel Aguilera, segundo por la derecha, y a José Miguel Vilar-Bou a la izquierda, con una camisa a cuadros.
El segundo tema es la utilidad de la fantasía ¿qué aporta?
Juan Miguel empieza citando a Carlos Taibo: Entra un camello en un hotel francés y se caga en la moqueta. Eso es fantasía, realismo fantástico.
Si lo mismo sucede en un hotel marroquí es realismo social.
No está claro lo que es real o no.
Un amigo, José Carlos somoza, empezó en la realidad y ahora está en la fantasía por la libertad que supone para el escritor, ha sido una evolución consciente.
Ángeles: el escritor quiere una libertad absoluta, un control absoluto de las reglas, eso lo puede tener en la fantasía pero en otros géneros no existe.
Juan Miguel comenta que George R. Martin podría haber situado perfectamente su novela Canción de fuego y hielo (Juego de tronos para los seguidores de la serie de televisión) en la Edad Media pero tendría que haberse documentado mucho y habría habido cosas que no podría haber escrito.
Sergio dice que la fantasía es escapismo y proporciona alivio moral.
Ofrece alivio moral frente a los cambios que se van produciendo, al principio hay unas reglas claras pero de pronto cambian.
Eso pasa en la literatura fantástica juvenil, con el cambio de joven a adulto.
Joaquín: la fantasía aporta libertad al escritor porque tienes flexibilidad sin atarte a nada.
Comenta que una vez participó en un concurso de relatos cortos históricos y se dio cuenta lo laborioso que es la documentación.
Al lector le aporta libertad de su propio mundo, encuentra mundos distintos frente a lo que puede leer en una novela negra o realista.
Sergio apostilla que esa libertad hay que acotarla, tienes que controlar la fantasía sin pasarte.
La literatura de espada y brujería surge en la Depresión, tenemos un hombre que lucha contra la magia, contra todo aquello que no puede controlar.
Esto es la literatura fantástica o épica: una persona normal sin poderes contra lo que le desborda, se le escapa.
El siguiente tema fue el panorama actual. A decir de Santiago Álvarez antes cuatro gatos leían a Tolkien y ahora con las películas y Juego de tronos todos sabemos de literatura fantástica.
José Miguel cree que sí se puede escribir literatura fantástica en España.
Juan Miguel hizo un poco de historia, Domingo Santos y Bermúdez del Castillo. El primero publico firmando con su nombre en Ultramar, se vendió bien y buscó más autores españoles. Se dieron cuenta que un autor español no era un obstáculo para vender. Esto ocurría en los años 85 u 86.
Entonces sucedió que Hachette compró Salvat y cerró todo menos la división de fascículos, acabándose esta corta experiencia editorial.
Joaquín cree que las editoriales no valoran lo de aquí, creen que no tienen salida y prefieren ir a lo que ha vendido en otros países, publicando sólo traducciones.
Sergio repitió una frase muy escuchada: Es un buen libro de ciencia ficción pese a ser español.
En 2011, en su opinión, hubo muchos libros buenos del genero y tuvo problemas a la hora de votar en los premios Ignotus. Al año siguiente habían desaparecido varias editoriales importantes de este género.
Quedaba poco tiempo de mesa redonda, ya se acercaba la hora de cerrar y yo estaba cansado de tomar notas, es más fácil cuando el que habla es uno solo, así que cerré mi nuevo y flamante cuaderno, me terminé la segunda cerveza, los cacaos y seguí disfrutando con los maestros.
La próxima mesa redonda es en abril y versará sobre ciencia ficción aunque ahora que lo veo escrito no sé si antes habrá una sobre novela romántica para adultos y que cada uno entienda lo que quiera.
Sé que hay discordancias verbales pero al contrario que los escritores yo no corrijo nunca las anotaciones, por eso soy un simple juntaletras.
4 comentarios:
Halaaa, qué cuaderno más chulo.
S. Cid: Más que chulo, fantástico, como la mesa redonda.
Un saludo
¿Fantástico, de ciencia ficción, mágico...?
Dama: Fantástica, la mesa de ciencia ficción será en abril.
Un saludo
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